Balón al piso, por favor
17/01/2012

Por Manuel Borrego

La actuación de la UD Las Palmas frente al Barcelona B vale para levantar el ánimo, pero no para dejarse deslumbrar por el brillo de esa actuación. Se ha podido presenciar el pasado sábado en el Estadio de Gran Canaria la mejor ofensiva de la temporada firmada por el equipo amarillo, el día que más ocasiones ha creado ante la portería adversaria. Y cuando hablamos de estas oportunidades nos referimos a centrímetros desviados, paradas notables del portero Masip y alguna imprecisión en el finiquito. Todo ello decorado por un juego profundo, directo y decidido, que no conoció otro término que la sencillez y la verticalidad.

Para que ello ocurriera se unieron dos factores. El más valioso, a nuestro entender, es que Las Palmas se encontró a sí misma: David González se enfundó el uniforme de cartero y dedicó esa tarde a distribuir entre sus compañeros la alegría del fútbol fácil y fluido; esa cosa tan complicada de conseguir entre los conjuntos profesionales. Los demás entendieron el mensaje y se contagiaron. Lo que permitió el filial del FC Barcelona, con un sistema defensivo muy laxo y la escasa voluntad a jugar al fútbol como un equipo de la segunda categoría, es sin embargo lo que genera incógnitas lógicas. Porque permitir tantos espacios entre la línea de los centrales y el portero, invitar a que el rival galopara con soltura sin obstáculos ... a eso sólo se le puede ocurrir a un filial desenfadado y sin presión o a un sistema de juego atrevido como el que practicaba Paco Jémez la pasada temporada, precisamente con la propia UD Las Palmas.

"Un buen jugador no es aquel que un día firma un buen partido; es el que lo hace bien un día, y otro, y otro más, y otro más ..." decía Kresic a la hora de descubrir las agujas en el pajar. La teoría habría que aplicarla a nivel colectivo. Un buen equipo no es aquel que saca tajada de un rival bisoño y generoso; es el que luego acude a la siguiente cita y resuelve las ecuaciones que le plantea el siguiente rival, y otra más, otro ... La victoria sobre el Barça no invita otra cosa que a moderar las calificaciones de un equipo que todavía tiene mucho que demostrar. Los comentarios, como el balón, a ras de suelo.

Comparte el artículo si te ha gustado
También te puede interesar