Por Higinio Medina
La Unión Deportiva Las Palmas ha finalizado la primera vuelta con el mismo cómputo de victorias, derrotas y empates; siete de cada. No es ni bueno ni malo, tanto en cuanto todo está por decidir en una segunda vuelta en la que el equipo amarillo tendrá que resolver, a nuestro entender, el más importante de sus dilemas: Ser o no ser.
Hasta ahora hemos visto a una Unión Deportiva capaz de lo mejor y de lo peor; en líneas generales excesivamente temerosa de sus rivales. Aún así ha sabido mantener el tipo a pesar de arbitrajes aciagos y de la irregularidad en algunos de sus jugadores. Ha demostrado deficiencias y ha demostrado que sabe corregirlas, por lo que el futuro se presenta incierto, pero no exento de esperanza.
Las espadas, como se suele decir, están en todo lo alto y la clasificación en mitad de la tabla es buena señal para afrontar los veintiún partidos restantes, que serán los que dictaminen si el trabajo ha sido o no positivo. De momento y del encuentro con el Sabadell podemos extraer un indicio que nos invita a la reflexión; nos referimos al triple cambio que realiza el entrenador cuando todavía quedaban bastantes minutos por disputar, arriesgando al máximo, pero demostrando valentía y fe en su trabajo para conseguir una digna recompensa.
Tenemos el convencimiento de que la segunda parte del campeonato va a depararnos sorpresas y esperamos que no sean negativas, ya que el primer acto ha sido bastante conservador e indiscutiblemente encaminado a evitar "sustos" como en temporadas anteriores. Desde esta perspectiva, aunque se hayan quedado puntos por el camino, el objetivo de la permanencia está cada vez más cerca y creemos que cuando se haya conseguido veremos la otra cara; la cara que el aficionado espera del entrenador canario y de sus pupilos, que no es otra que la misma de la espectacular remontada que protagonizó temporadas atrás, sacando al equipo del pozo y con la sensación de que si la competición llega a durar algunos partidos más se hubiera conseguido el ascenso.
El "indicio" de Sabadell puede ser el preámbulo. Ya hemos visto que la tendencia negativa empieza a cambiar; dos partidos sin perder y veintidós puntos para la tranquilidad son el aval que nos permite en la actualidad mirar más hacia arriba que hacia abajo. Ahora sólo queda esperar, ir partido a partido con seriedad y responsabilidad, sin temor; que sean los demás los que tengan que preocuparse. Con arrojo y valentía. Con lucha y sobre todo, con mentalidad ganadora; los colores bien lo merecen...