Durante más de hora y media el presidente Miguel Ángel Ramírez describió este martes la realidad competitiva e institucional de la UD Las Palmas en el momento en que el club se adentra en el temido 2012. Cada frase enlazada a su idea correspondiente se convirtió en un ejercicio de sinceridad y coherencia, para emitir un mensaje sosegado que está ausente de cualquier análisis que le vincule al calor de los resultados, algo tan difícil de conseguir en un ambiente pasional como el del fútbol. Ni siquiera el nombre de Manuel García Navarro irritó su ánimo o le hizo cambiar la firmeza con la que agarraba el timón: "De Manolo (García Navarro) hoy no hablo", expresó.

Ramírez nos dejó otra colección de conceptos asociados al actual proyecto. De entre todos ellos nos llama la atención la manera en que se contempla la evolución de la cantera, que sigue su escalada. Recordó el presidente grancanario que se ha llegado al momento en que se ha logrado escalonar piezas suficientes para relevar a aquellas que, por cualquier motivo, desaparecen de la plantilla. Eso es el producto del convencimiento en lo realizado. "Para qué hablar de futuro si nos queda media Liga por delante", dijo ante la presión de la inmediatez. En esa línea de equilibrio también se destila tranquilidad porque en sus palabras no se encontró ansiedad alguna sobre renovaciones, fichajes, idas o venidas de jugadores o técnicos, algo que en el ambiente periodístico llega a convertirse a veces en un "ser o no ser" de los equipos un día sí y al siguiente también. Incluso bromeó con ello. La evaluación de la media Liga le sugiere otras valoraciones que van más allá del momento puntual porque, al fin y al cabo, el objetivo primario actual es que "la Unión Deportiva Las Palmas siga viva".

Hay muchas piezas bien encajadas en el puzzle actual de la UD Las Palmas; no todas todavía. Esas palabras del presidente sacuden a la entidad y a sus protagonistas de cualquier presión extra. Son necesarias, porque todo en la Unión Deportiva a través de la historia es blanco o negro; no se acepta el gris. En el fondo, Ramírez y su equipo de colaboradores están convencidos de que un trabajo continuado y regido con los pies en la tierra les puede llevan muy lejos, a velocidad de crucero. De ello están convencidos en el club, también en el vestuario y quizá pronto en las gradas. El día que esos tres polos se unan ... 'agüita'.