Foto: C. Torres
Fue un hecho que pasó de puntillas en el partido porque todos los focos de atención se dirigieron hacia los vencedores. El meta del Gimnastic debió de percatarse de la trascendencia de la derrota que había cosechado su equipo en el Estadio de Gran Canaria, después de actuar más de una hora en superioridad numérica. Rubén Pérez se sintió abatido, sin reaccionar y, minutos después de que los restantes participantes ya estuvieran en el vestuario, el portero del equipo catalán rompió a llorar tapándose la cara con una toalla. Y es que no se le escapa al veterano guardameta que la sombra del descenso día a día está acercándose a Tarragona. 17 puntos del colista, a mitad de camino por ejemplo de la UD Las Palmas (34). Quizá un descenso que empieza a asumirse desde ¡¡febrero!!.