Auto-expulsión de Viera
27/02/2012

Por Higinio Medina

Casi se veía venir; una entrada a destiempo, los nervios a flor de piel y Laguardia momentos antes le cogía en dos ocasiones del brazo tirando de él hacia atrás. ¿Qué pasaría por la cabeza de Jonathan Viera en esos instantes para actuar de la forma en que lo hizo?. Fueron tres minutos en el banderín de córner que se hicieron interminables y que sin lugar a dudas fueron también el reflejo de la sensación de impotencia del cuadro canario ante el Córdoba de Jémez que, para los amantes del morbo, le volvía a ganar la partida a Juan Manuel Rodríguez.

Un profesional que se precie no puede cometer estos errores, pues son estas acciones las que determinan su grado de madurez, y si se quiere progresar no sólo bastan los buenos detalles. No estamos en el barrio (ni aún así), estamos en el lugar de trabajo. Cada partido, se quiera o no, es un examen; son miles los ojos que están pendientes de lo que sucede en el terreno de juego... y lo peor no es en el plano personal (allá cada uno con sus actos), es en el plano colectivo y el daño que se le hace a éste, particularmente a un equipo como la Unión Deportiva al que le va la vida en ello y necesita disponer partido sí, partido también, de sus mejores efectivos.

Evidentemente no queremos cargar las culpas sobre Viera; es un componente más de una plantilla que hoy ha tirado a puerta en 5 ocasiones, mientras que su rival lo hacía en 15. Es un componente de un equipo que una vez más creó una estrategia basada en el ¿temor? ante un oponente que lo único que ha demostrado es que tiene fe en sus convicciones y en sus principios. Así nos va...

Con el grupo de amigos que vimos el partido, el comentario al finalizar el encuentro era: "Más de lo mismo". Esta expresión lleva camino de convertirse en lema, sobre todo cuando vemos que el planteamiento no termina de funcionar y por lo que se ve, tampoco lleva camino de corregirse. No entendemos que si algo no funciona (la prueba son los resultados fuera de casa), no se cambia y lo único que se consigue es el desencanto en el aficionado, quien, al fin y a la postre, es el sustento del Club y dadas las circunstancias actuales lo que se necesita precisamente es motivar, crear expectativas, no como se está viendo; todo lo contrario...

 

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