Por Manuel Borrego
La lectura que ha realizado Juan Manuel Rodríguez a la temporada 2011-12 es correcta, con un equipo imprevisible como lo es la actual UD Las Palmas. Las campañas precedentes del grueso de esta plantilla, llegando a la orilla instantes antes que el tsunami del descenso de cada temporada, invitaba siempre a ser prudentes sin olvidar que esta grupo forma, en esencia, el equipo de los 71 goles en contra de hace solo un año. Ese dato es demoledor. El mismo que devoró al venerado Paco Jémez, el que hoy triunfa en el Córdoba: "Lo hacemos igual en el Córdoba que en Las Palmas", decía recientemente su fiel escudero Luna Eslava. Jugadores jóvenes, fichajes incógnitas debutantes en la Liga y reválidas pendientes han confeccionado el resto del entramado de interrogantes que nació desde julio.
Pero un dato ensordece cualquier crítica y resiste crisis inducidas: 37 puntos a falta de quince partidos colocan a la UD Las Palmas en posición de privilegio para un interesante final de campaña. Aún hay que asegurar esta nave, anclarla en la Segunda División porque el descenso a Segunda B es seguro con esos 37 puntos y no se puede permitir un parcial de una quincena de encuentros sin ganar, como ocurrió hace apenas un año (recuerdan). Ese peligroso equipo ha aparecido en un puñado de ocasiones esta misma temporada. Pero tan pronto esto ocurra puede llegar el tiempo de asumir riesgos al más alto grado e intentar eso que Miguel Ángel Ramírez calificó como tránsito de lo bonito a lo precioso. Un sueño, al fin y al cabo, que no está ya tan lejos.
El mérito del cuerpo técnico y de los diseñadores deportivos de la plantilla actual es notable, pese a que su presupuesto sufrió un tijeretazo que no será el último. Porque no sólo logran disolver esas incógnitas de pretemporada sino que han hecho germinar la sensación de que se puede ir a más. Es ahí donde la UD Las Palmas podría convertirse en un equipo peligroso para el resto de los competidores. Porque desprendidos de obligaciones y espoleados por la ambición este equipo puede no conocer fronteras. Lo ha demostrado durante los siete meses ya cubiertos del calendario. Y lo que rondaré, pues aún en este Liga tiene mucho que decir.