El refugio del capitán David García
19/04/2012

El zaguero nos muestra su pasión como patrón de caballos de carrera y el hipódromo: "aquí encuentro la paz, desconecto; no se habla de fútbol"

"Aquí encuentro la paz, desconecto. Descubrí que no se habla de fútbol, es mi lugar favorito de descanso cuando no entreno o juego". Camino de las tres centenas de encuentros oficiales con la UD Las Palmas, David García nos revela su refugio personal y una joven afición que le ocupa parte de las horas libres. Tres años atrás el capitán de Maspalomas y su hermano menor, Sergio, tomaron la decisión de acudir a una subasta en el Reino Unido para adquirir dos pura raza inglesa. Primero llegó a Gran Canaria Laazem, propiedad del capitán amarillo, un potro que entonces tenía apenas dos años de edad. Más tarde lo hizo Royal Cheer, una yegua de casta que hace las delicias de Sergio; ambos con el ciudado de una mano experta como la de Rayco Navarro, amigo de los García, disfrutan de sus jornadas ecuestres. "Hay caballos y caballos; los nuestros son de carreras, unos grandes deportistas", añade. "Disfruto sólo con verles en un lugar tan entrañable".

El Hipódromo de Gran Canaria, en el Barranco de Las Tirajanas, es el escenario de estos encuentros plácidos, aunque hasta septiembre tendrá que esperar David García para que regrese de Mijas (Málaga) su Laazem, puesto que lleva un año allí compitiendo y reforzando sus cada vez más apreciadas condiciones. "Ha sido un gran acierto enviarle; ha mejorado, vendrá más fuerte. Decidimos enviarle allí porque este hipódromo se le estaba quedando pequeño. Tiene cinco años y está en un gran momento. Sin embargo", puntualiza David, "también la actividad hípica está acusando muchísimo los efectos de la crisis. Volverá porque cada vez son menos carreras las que se organizan y ello implica menos posibilidades de ganar y premios con los que amortizar su mantenimiento".

Porque los García son patrones rodeados de éxito. "Existe un factor suerte muy importante en este tipo de inversiones", concreta Sergio. "Los caballos pueden salir buenos o no". "Los nuestros lo son", añade David, "tenemos la casa llena de trofeos". El capitán de la UD Las Palmas se regocija observando la musculatura de Royal Cheer, una yegua castaña (careta y calzada a cuatro patas -manchas blancas-). "Estos animales son admirables; muy inteligentes. Nos entienden y les entendemos. Son deportistas que viven para correr. Saben cuándo es un día normal y cuándo uno de carreras. Tienen entrenamientos seis días a la semana y descansan uno. También lo identifican. Royal Cheer está especializada en carreras de 1.000 a 1.400 metros; Lazeem lo hace en pruebas de 1.200 a 1.400. Están en plena forma". Rayco eleva la velocidad punta de la yegua en 75 kilómetros por hora aunque "sólo puede mantener ese ritmo durante unos trescientos metros".

"Es curioso; pero en los últimos meses he visto algunos jugadores profesionales que han adquirido caballos porque han encontrado lo mismo que yo en las carreras o en el mundo de la hípica de competición. Que recuerde ahora mismo: Sergio Ramos y Xabi Prieto. Tengo pocas oportunidades de venir a las carreras", matiza, "porque coinciden los domingos que jugamos o entrenamos. Son apasionantes. Los caballos representan también un motivo para reunirnos con la familia. Nos gustan a todos".

Laazem y Royal Cheer proceden de padres afamados: Piccolo y Royal Aplause respectivamente, "que son célebres en el Reino Unido" indica Rayco. La inversión económica realizada con ellos no es rentable, según David García. "Pagamos unas 800 libras por cada uno, pero luego lo más cuantioso son los desplazamientos, el mantenimiento y también el veterinario. No es un negocio porque sólo producen gastos; es una pasión que tratamos de llevar lo mejor posible". Niega que, tras el fútbol, su futuro pueda estar vinculado a la cría o la adquisición de caballos. "Este es mi sitio de esparcimiento, por supuesto que seguirá siéndolo cuando me retire".

EL TROFEO DEL DÍA DE CANARIAS

Curioso que David García no he montado jamás a lomos de un caballo "ni tengo idea de hacerlo mientras sea futbolista profesional. Mi hermano sí corre con su yegua o sale a hacer montería. Yo, sin embargo, tengo mucho respeto. Eso es para los jockeys, que apenas pesan 57 kilogramos". A David se le hace un nudo en la garganta cuando le pedimos que se aproxime a Royal Cheer y pasee con ella. Rayco le aconseja y el futbolista atina a caminar con voz de mando. "Me hace caso", admira tras un instante en que el animal da unos pasos de baile.

Es tal la pasión de David por sus caballos que desde hace tiempo conserva otro secreto personal: la taquilla número cinco del vestuario local en el Estadio de Gran Canaria la preside una figura ecuestre: "es el premio que hemos ganado dos veces en Valleseco el día de Canarias, 30 de mayo. La última vez lo ganamos con un tiempo récord de dos minutos aproximadamente en 1.800 metros. Insisto: hemos tenido mucha suerte en la elección de nuestros ejemplares". El mundo de la hípica también lo rodea de simbolismos: su cuadra es la número cinco, "y la de Sergio el seis, claro".

Tampoco es el único jugador de la UD Las Palmas propietario de caballos. Pedro Vega, en San Mateo, tiene sus propios ejemplares aunque el futbolista zurdo confesó a quien firma este reportaje que "los míos son para pasear; los de David son para carreras de verdad". Y para la propia terapia anímica de un hombre curtido en tantas batallas. Claro que, cuando acaba la hípica, vuelve otra vez el fútbol para el 'cinco' de la UD, como segundo entrenador del Estrella.

Desayuno, almuerzo y cena con deporte en su menú.

Manuel Borrego

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