No es preciso o no fue justo Mariano Barbosa con sus declaraciones del pasado miércoles cuando habló de "compañeros pasotas" carentes de aspiraciones. Si se refería exclusivamente a un encuentro de la UD Las Palmas, en concreto el de la derrota en Jerez de la Frontera, sus argumentos podrían ganar cuerpo porque ese día apareció ante el Xerez un rival romo, sin intensidad, al que pudo perjudicar el quedarse con diez en el campo durante una hora. Porque hay que decirlo todo. En cualquier caso, fue una UD Las Palmas decepcionante.

Pero la parte no puede eclipsar el todo. Alguna vez más hemos visto esta temporada a los amarillos expresarse de manera tan raquítica en los deplazamientos. Hubo bostezos en Alcoy, quizá en Córdoba, en Alcorcón, ... y en otras todo lo contrario. Pero el sabor que queda es el último y ése no tiene justificación. Refuerza Barbosa con sus expresiones ese titular de nuestra web que insinuaba que el Xerez pudo prescindir el sábado de su portero porque delante no tenía un adversario con pegada ni intención.

Las palabras de Barbosa, en el momento en que las transmite, pueden empañar el resto de la temporada de un equipo que sigue inmerso en una pelea que dignifica la política emprendida por el club. La realidad es que este UD 2011-12 ha mejorado notablemente las prestaciones de los ejercicios precedentes y, con los números en la mano, es un equipo al borde de la zona alta de la clasificación con unas limitaciones que le están impidiendo dar el salto anhelado. Seamos realistas: Las Palmas no tiene la profundidad de otras plantillas y en los grandes momentos deja escapar las ocasiones, a veces con errores imprevistos como en la jornada frente al Almería, por una puntería imprecisa y otras porque el potencial de los adversarios es un factor con el que hay que contar. El vistazo a la clasificación descubre que arriba siguen los esperados, salvo el equipo sorpresa: Alcorcón.

En líneas generales, lo que más nos complace de este equipo grancanario es precisamente lo que ha criticado Barbosa: Cuando tuvo que encarar encuentros importantes tuteó a los grandes de la competición como lo están siendo Deportivo, Hércules, Celta o el mismo Almería. Su actitud ganadora le hizo codearse a la par. Eso es una virtud, no en defecto. El portero argentino quizá debió cambiar la palabra regularidad por la de pasotismo; ahí habría dado en la diana porque, al fin y al cabo, el premio de esta Liga es ése. Un día bien, el otro también, y el otro, otro más y otro.

Si Las Palmas acaba undécimo no será por un hecho casual, ni flor de un día.