El hombre de los pulmones de acero
12/05/2012

Por José Hernández

Era cuestión de días, de esperar el fatal desenlace que se había pronosticado  a principios de año. De aquel corpulento futbolista y tras el trasplante fallido del riñón, Gilberto II era otro. Cuando Germán, Paco Castellano y Antonio De Arrmas lo visitaron hace unos días, conscientes de la gravedad de la situación conocida a través de Martín Marrero que estaba al corriente en la evolución de la enfermedad, Gilberto solo pudo recibirlos un ratito en su casa, cuando él era hombre de comidas que terminaban casi siempre con un buen puro.

Gilberto fue el mejor complemento para aquel centro del campo tan poderosos que tenía la UD Las palmas y que le llevo a hitos históricos que se mantienen aún hoy en día. Gilberto II escribió su nombre con letras de oro en la historia de los amarillos. Siendo chicharrero y blanquiazul, defendió con la misma honradez y profesionalidad los colores amarillos. De hecho, sus mejores temporadas fueron defendiendo el escudo de la UD. En los encuentros de los jugadores de aquella época, Gilberto no fallaba. Siempre estaba con sus compañeros y amigos.

Se nos ha ido una gran persona y un excelente futbolista. El hombre que tenía unos pulmones de acero que ya no resistió mas. Su paso por la UD no será olvidado con facilidad. Pertenece a esa alineación que todos sabemos de carrerilla, como si fuera el abedecedario. Hoy es un día de luto, y cuando en el próximo partido se guarde un minuto de silencio, los aficiionados que no lo vieron jugar pueden tener seguro que están homenajeando a un tinerfeño que defendió la camisa amarilla con mucho honor en la elite del fútbol español. Gracias Gilberto por lo que hicistes por nuestra Unión Deportiva.

 

Foto:Martín Marrero, Hernández y Gilberto II (Archivo de Norberto Rodríguez)

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