Quizá los aires del Sur, el aroma de buena lucha que destila el terrero del Maninidra. Algo ocurrió este viernes entre Vecinos Unidos y Buen Lugar, firmantes de un espectáculo de poder a poder, con dotes mágicos que embrujaron la noche de Ingenio. El triunfo correspondió al Vecinos Unidos (10-12), con luchadores de ambos bandos dispuestos a una batalla sin tregua desde la primera a la última silla.

Los Molinillos ha sido escenario esta temporada de las dos mejores finales celebradas en Gran Canaria. Fue memorable el triunfo del Maninidra sobre el Adargoma, en la brega por el título insular de Segunda categoría; no le queda a la zaga la del trofeo de La Caja de Tercera categoría.

¿Qué ocurrió?, ¿qué hechizo cambió todo?. Empezó quizá cuando megafonía confundía al equipo local una y otra vez con el Maninidra. Quizá recordar a los estilistas del Sur contagió. Siguió con las revanchas personales entre algunos componentes de ambos equipos, que llegaron a perder los nervios tras las separadas o derrotas. Siguió con un no se qué, que qué sé yo, ... con el árbitro por los suelos tras ser derribado con zancadilla, con las exhibiciones rozando lo irracional del local Guedes, los enfados, las calenturas, las alegrías y las tristezas.

Una gran final, en suma, donde el recurso de las amonestaciones apenas tuvo presencia o, al menos, no de la manera recordada en este mismo encuentro de la liga de Tercera. Y, como todo gran espectáculo, al concluir todos tan amigos.

Y, de repente, apareció un hombre volando al estilo Arconada. Era el mandador del equipo vencedor, Rafael Naranjo, que no podía contener su alegría. Así estaba la noche ... (C. Torres)