Alberonis, Colungas, Rondones y, ahora, Loberas
17/06/2012

Por Manuel Borrego

Desde que la UD Las Palmas entró en la Ley Concursal, desde que cada año juega limpio y transfiere parte de su presupuesto a las obligaciones heredadas del pasado, le toca inventar. Cuando se acude al mercado sin un talonario y una cuenta que respalde las operaciones, cuando ya los dirigentes no juegan con su patrimonio personal, hay un sacar desde las raíces del fútbol los productos del mañana. Es por ese motivo que en esta etapa de invenciones aparecieron lo que denominamos en otras ocasiones como Alberonis, Colungas o Rondones; más tarde se avanzó hace dos temporada hacia los Vitolos, Vieras o Castellanos y ahora la apuesta se pasa a otra dimensión: Sergio Lobera, el hombre del banquillo. Se acertará o no, pero el club no peligra como se hizo antaño.

En los despachos de Pío XII o en la cartera particular del presidente Miguel Ángel Ramírez se amontonaron en las últimas semanas un diluvio de ofrecimientos para el puesto de técnico, de todos colores. La cosa quedó este fin de semana entre el candidato de renombre, Luis Fernández (en etapa decreciente), y el menos conocido Sergio Lobera, una apuesta ésta que le hace especial ilusión al máximo responsable de la entidad y que finalmente ha vencido en el amplísimo debate interno. Cualquier contratación que se pudiera producir se haría previo contraste de los informes; incluso se produjo algún entrenador rechazado por los recibidos cuando parecía que iba a recibir el 'sí' (dejémoslo ahí). El listón firmado por Juan Manuel Rodríguez y su meritorio noveno puesto de la pasada campaña es un gran reto para todos los que componen el entramado de la UD Las Palmas 2012-13. Y ese desafío empieza por un joven entrenador al que hay que rodearle con su abundante equipaje de trabajo y esperanza. También tranquilidad.

Los primeros minutos tras el anuncio oficial de Lobera como responsable técnico de la UD Las Palmas nos ha recordado al episodio de la contratación de Yosu Uribe en 2002: se conjugaron casi al unísono una lluvia de críticas o una andanada de expectativas. Son opiniones en su mayoría (como a nosotros mismos nos ocurre) que no poseen datos de valoración sobre un técnico que, al contrario, tiene un paso previo por la cadena del FC Barcelona y se le otorga un plus de futuro en el fútbol español. No nos confundamos, esta es la realidad de un club atenazado por un concurso de acreedores inconcluso y por una crisis durísima. Las Palmas es hoy un club probeta incluso para elegir el inquilino de su banquillo. Inventa también futuros técnicos; no es la primera vez que lo ha hecho ni el único club que lo hará. Tengamos paciencia porque la apuesta no oculta su alto grado de riesgo pues el primer objetivo es rehacer el calor de una afición a la que no se le explicó bien lo ocurrido en la reciente temporada.

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