Daniel Carnevali está empeñado en darle la vuelta a la historia. Porque aún hoy se siente portero y busca nuevos talentos colegas en el sustrato del fútbol grancanario. Lo conoce bien desde que llegó a la Isla en 1973 y hay una idea que le obsesiona: "hay que acabar con esa leyenda de que Canarias no es tierra de porteros. Eso es falso; hay que formarles correctamente". Lleva tiempo en ese empeño no ya en la cadena de filiales de la UD Las Palmas, donde ha logrado enlazarse con el responsable de esta materia en el club Ernesto García, sino porque pone en marcha un primer experimento a modo de clinic estival exclusivamente dedicado para arqueros. El centro de operaciones: el campo Municipal de fútbol de San Mateo.

Ese sambenito con el que ha vivido el portero canario a través de la historia es el enemigo al que combate el campus 'Ser portero', coordinado por el dúo Carnevali-García, que ha cautivado en su novedosa primera edición a una treintena de jóvenes futbolistas de distintos equipos de la capital y de la isla. En ese breve periodo veraniego, el meta internacional argentino tiene claro cuál es el objetivo. "Lo primero que queremos es hacerle sentir a los chicos que los porteros son importantes en los equipos de fútbol. Para jugar en esa posición te tiene que gustar y para desarrollar tu misión en el campo has de tener personalidad", anticipa Daniel. "Nosotros tratamos de reforzar esa idea en nuestros aprendices. Les hacemos ver que el portero es una pieza fundamental en el engranaje colectivo de los conjuntos, que todos sus movimientos y comportamientos en el campo tienen un por qué y hay un cómo para desarrollarlos. Los chicos aprenden fácil, asimilan".

El periodo de la concentración es breve pero intenso. Así que Daniel Carnevali y Ernesto García exprimen las horas de entrenamiento con sesiones de vídeo realizadas por ellos, que tienen también un fin didáctico: "Las dos facetas son complementarias. No se trata de avanzar mucho o poco en la formación del portero, se trata", continúa Carnevali, de enseñarles en las filmaciones los errores habituales y en las segundas tomas las actuaciones correctas. Cómo ha de lanzarse, cómo ha de colocarse, cómo blocar, cómo retener el balón, ... todo ese tipo de detalles que empiezan a pulirse a estas edades y que quedan grabadas para siempre. Nosotros analizamos con ellos lo que denominamos errores comunes o errores inconscientes de los porteros. Son muchos y se repiten".

Las explicaciones teóricas se plasman luego en el campo de juego. "Sobre la marcha ellos aprenden con fuego real", dice después de haber practicado con un grupo de alumnos. "¡Qué les gusta volar a los porteros, eh!" le señala con afecto para premiar una de las palomitas. Pero Carnevali queda instatisfecho: observa la flexión de las rodillas, el lugar de rechace del balón o la rentención del mismo. "Cuando los chicos cometen un error en el campo, se preguntan a sí mismos: ¿qué pasó?. Recordarán nuestras observaciones y posiblemente encontrarán una respuesta inmediata".

"La relevancia de un arquero en un equipo la delatan a veces los errores. Cuando encajamos un gol se nota más que cuando un delantero no acierta a marcarlo. Hay que saber sobreponerse a todo eso, que forma parte del fútbol. Esa mentalización se la trasladamos a los chicos, que saben valorar la dificultad de ser portero. Nos quedaremos satisfechos si logramos que se sientan orgullosos de jugar en la portería", señala Daniel.

"En Canarias hay muy buen material futbolístico en todas las demarcaciones; también con guantes", argumenta Carnevali al que no le cansa estar siempre al pie del cañón. En esta primera experiencia para porteros colaboran las empresas Panadería Pulido, Aspring y el Ayuntamiento de San Mateo. Además de Daniel Carnevali y Ernesto López, ayuda a la formación de los cursillistas Joaquín Ojeda, junto a los monitores Omar Torres, Pablo Cubas y Brandon Ramos (imagen de la derecha)

"¡Qué les gusta volar a los porteros!" anima Daniel Carnevali a sus ágiles aprendices (C. Torres)