La silueta de un mago
23/07/2012

La figura inconfundible de Nauzet Alemán reapareció de amarillo en Maspalomas: sus gestos técnicos al golpear el balón evocan la calidad de un jugador que dice venir para algo grande

Es cierto que el fútbol tiene su propio disco duro interno. Cuando Nauzet Alemán apareció sobre el césped del Estadio de Maspalomas luciendo la elástica amarilla este lunes y acarició con delicadeza el balón por primera vez, afloraron recuerdos perenne de un ciclo anterior suyo que coronó en diversos momentos. Ha regresado pero no ya como aprendiz de hechicero; viene a impartir su propio magisterio deportivo. Aún es pronto pero tenerle de nuevo cerca avanzando por la banda, aliñando la jugada con un quiebro fácil, buscando el pase a un aliado, o probando desde larga distancia ... produce una alegría espiritual que animará a sus fieles admiradores. Hasta el balón sonríe de contento cuando le ve venir para ponerlo en marcha. El zumbido que el cuero emite cuando Nauzet lo golpea con su diestra es diferente; lleva un veneno de alegría propio, siempre con la intención del gol.

Su silueta en el campo cada vez que contacta con el esférico es un fotograma digno de rescatar para llevarlo a los campus futbolísticos de enseñanza. Nauzet ha mejorado con el paso del tiempo y no pierde la precisión de sus posturas de brazos, tronco, cadera y piernas para la rosca adecuada, en movimiento o desde el reposo. Las del partido frente al Estrella, durante los cuarenta y cinco minutos en lo que actuó, son las primeras imágenes en la temporada de un futbolista que vino a su casa siguiendo la llamada de algo grande. El mago de Anoeta está aquí y de nuevo de amarillo. Otro día radiante espera camino del futuro.

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