Sencillamente espectacular
28/07/2012

Por Higinio Medina

Una gran carga de contenido simbólico se apoderó del Estadio Olímpico de Stratford en una ceremonia de apertura de Juegos Olímpicos que pasará a la historia, tanto por su alto nivel organizativo como por una excepcional puesta en escena que hizo que las casi cuatro horas de duración no fueran obstáculo para su disfrute, tanto por las 70.000 personas que la vieron en directo, como por los millones de espectadores que lo hicieron a través de la televisión o haciendo uso de las nuevas tecnologías.

El ideal del barón de Coubertín quedó perfectamente reflejado en el acto inicial de los Juegos con la conjunción del deporte y la cultura gracias al imaginario del cineasta Danny Boyle, que recreó la evolución de la sociedad británica desde una visión onírica que recogía momentos decisivos en la historia de la humanidad, así como los valores en los que se ha de sustentar: La Revolución Industrial, el amor a la vida y a la paz, los niños... todo ello aderezado con lo más selecto de la cultura inglesa, la música y el cine. Desde el "no tengas miedo, la isla está llena de ruidos" de La Tempestad de Shakespeare hasta Mary Poppins. Desde el especulador hasta las sufragistas. Desde los servicios sanitarios hasta el genial Mr. Bean (Rowan Atkinson). Desde Peter Pan hasta el agente 007, Harry Potter, series de tv, y muchos más "desdes y hastas" nos mostraron el camino que define el Espíritu Olímpico, particularmente en el acto final con el encendido de la Llama Olímpica que recogerá el original pebetero mientras duren los juegos.

El momento en el que medallistas olímpicos cedían a jóvenes atletas la responsabilidad de encender el fuego se convierte en el paso de una generación a otra, la confianza en la continuidad del movimiento olímpico; de sus principios y sus valores. La apertura de los juegos de Inglaterra 2012 será difícilmente superada en su esencia y simbología; es la esencia de un pueblo que ama a su bandera como símbolo de unión y que acoge a la bandera Olímpica como elemento también de unión, pero en este caso de la unión entre razas, culturas y religiones diferentes...

 

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