La combinación de todas las piezas es el arma que utiliza la UD Las Palmas en esta nueva etapa. Este sábado se produjo la confirmación de la idea futbolística ante un rival al que se visitaba y, en teoría, siempre podría ofrecer una resistencia mayor que los antecesores porque un derbi es un derbi. La UD fue un equipo previsible cuando el balón circuló entre las botas de sus jugadores con lentitud y sin encontrar las bandas; pero se transformó en un conjunto con mucha intención cuando el cuero se distribuyó con fluidez y rapidez en los últimos metros del campo, tratando de encontrar los puntos débiles del CD Tenerife.

Hasta Barbosa desde la posición más vulnerable jugó con el pie con criterio, casi como un líbero. Esa idea está instalada en el equipo, en todas sus piezas; falta que progrese y eso sólo ocurrirá en la competición regular y con resultados postiivos. Pero en este casi monólogo amarillo se produjo también una fase incierta, durante la primera parte. El Tenerife, a través de la presión, arrancó algunos balones de las botas de Deivid, David García y David González, generando la incertidumbre. El conjunto grancanario optó entonces porque algunos de sus envíos se hicieran en largo, en profundidad (fruto de uno de ellos llegó el penatli cometido sobre Vitolo y no señalado). Ese cambio radical hizo modificar sus líneas y retrasarlas al equipo blanquiazul. Fue un recurso transitorio que logró sorprender porque, de inmediato, el once de Lobera recuperó la herramienta original del toque.

El choque de Tenerife también sirvió para observar con más detenimiento a las dos últimas incorporaciones. Murillo, en la retaguardia, fue contundente y no pasó apuros. Brilló por su sentido de la anticipación y el buen criterio para el pase. Chrisantus, en cambio, peleó contra todos, buscándose un hueco para el disparo desde cualquier posición. Porque luce potencia y manejo de ambas piernas. La 'mákyna' del gol promete. Jugó en solitario o en compañía; de cara al defensa o de espaldas, disparó y acarició las redes rivales. Dio un pase de premio que Vitolo envió al poste. Una labor que no pasa inadvertida aunque aún se interpreta que está en parrilla de salida, sin encontrar su verdadero sitio en el equipo. Pero cuando un futbolista tiene calidad es como el aceite de oliva: combina con todo.

Sergio Lobera no se mostró conforme con lo realizado por sus jugadores porque "nos ha faltado gol. Valoro que el equipo ha estado defensivamente sólido, porque nos han creado una ocasión nada más. Fuimos los que dominamos el balón en el partido y creamos las ocasiones claras". Dijo. Le quedan dos últimas pruebas para finiquitar esta interesante puesta a punto de 2012.

M.B.