"Fui un jugador duro, pero noble" confiesa el ex amarillo que "me siento orgulloso de haber actuado al lado de grandes figuras de la UD Las Palmas"
En cierta ocasión, durante el paso de Miguel Brindisi como entrenador de la UD Las Palmas (1991), el astro argentino hizo un apéndice en el transcurso de una entrevista para el diario AS con quien firma este reportaje. "¿El mejor jugador que ha visto en la Unión Deportiva?", le preguntamos. "Puedo decir varios pero esta vez mencionaré al Negro Félix. Porque siendo un futbolista de extraordinarias cualidades técnicas se sacrificó para que los demás fuéramos mejores en el terreno de juego. Félix era mucho mejor de lo que vimos, corría por nosotros y su sacrificio hacía que todo el equipo brillara. Eso está al alcance de pocos", contó Miguel.
Ese papel de hombre de club, lo asumió el 'pulmón' grancanario de los años setenta y de los ochenta, miembro además de aquel célebre equipo juvenil de la UD Las Palmas que el pasado 8 de julio conmemoró el cuadragésimo aniversario de su conquista en la Copa de España de clubs, al vencer al Real Madrid en el Bernabéu. Félix (26 de febrero de 1955) se formó en el club Unión Grupo, de Schamman, y a los 16 años pasó al juvenil de la UD Las Palmas. "Manolo Torres padre -seleccionador de aquel equipo campeón- era un mago del fútbol. Nos sacó lo mejor que llevábamos dentro. Fuimos imbatibles porque teníamos tanta confianza en nosotros mismos que nadie nos podía parar. Era listo como nadie", continúa. "Confeccionó una competición paralela los miércoles en el Insular, donde los juveniles jugábamos contra los adultos regionales del Sporting, Racing, San Antonio, ... Adquirimos una madurez en la competición que luego, en el Campeonato de España, fue fundamental. Es algo que debería imitarse ahora porque así nuestros juveniles mejorarán para cuando acudan a la fase nacional".
"Nuestra generación llegó en el peor momento porque Las Palmas ya tenía un gran equipo"
Félix recuerda que era "extremo y goleador" en sus inicios, pero que las circunstancias le llevaron a esa metamorfosis radical que le convirtió en un polivalente centrocampista con misiones defensivas. Aquel brillante equipo juvenil, sin embargo, no tuvo una influencia posterior en la misma proporción dentro de la UD Las Palmas. Félix explica que "nuestra generación llegó en el peor momento de la historia porque Las Palmas ya tenía un gran equipo formado, posiblemente el mejor de todos pues venía de ser subcampeón de Liga y estaba muy consolidado. Llegamos pocos al primer equipo, como puede ser mi propio caso, el de Miguel Ángel o Rivero, que en paz descanse. En líneas generales, teníamos un conjunto muy completo perfectamente dirigido por Manolo Torres".
Vencer al Real Madrid en el Bernabéu en la final no le sorprendía porque "tuvimos una trayectoria intachable hacia el título. Ganamos todos los partidos salvo uno. Al visitar al Sanse, filial de la Real Sociedad, nos habían comentado que aquel equipo era intocable y que iba para campeón, porque ya eran famosos los Arconada, Zamora, Satrústegui, ... Al minuto de juego en Atocha perdíamos 1-0, parecía que lo íbamos a pasar mal. Sin embargo este equipo juvenil de Las Palmas tenía mucha personalidad; aguantamos, dominamos y al final empatamos el partido. Luego, aquí, 4-2. Fue la única concesión que hicimos en el torneo".
"MIS COMPAÑEROS ME VALORARON"
"Tenía 17 años cuando ya me incorporé a entrenar con el primer equipo", rememora. "Debuté porque se había ido Gilberto II, pero tenía un papel difícil porque sustituía a un jugador que había dejado una huella importante. Pero reconozco que a pesar de mi técnica asumí la misión de romper y destruir, recuperar balones para el equipo. Me sentí útil y valorado por mis compañeros", añade.
Félix estuvo catorce temporadas en un mismo club, desde 1974 a 1988, con un total de 299 partidos oficiales en Primera, Segunda, Copa, Copa de la Liga y Copa de la UEFA: "Me siento orgulloso de haber jugado al fútbol profesional entre tantas figuras. Para mí era un sueño haberlo hecho con Germán, Brindisi, Koke Contreras o el mismo Alexis Trujillo. Cuando este último debutó le dije que yo era el veterano pero que corría para él, porque tenía que asumir la batuta. Sin discusión alguna", añade, "el mejor jugador que yo he visto en nuestro club es Germán. Comparto la opinión de muchos de mis compañeros, pero para conocer el verdadero alcance del Maestro hay que estar a su lado y fuera del Estadio Insular. Germán tenía tanta personalidad que condicionaba los partidos de Las Palmas y sus rivales como equipo visitante".
En la memoria de Félix se desata un torrente de recuerdos. "Morete era un delantero impresionante, un goleador como ya no se fabrican. Wolff era muy muy muy bueno en el campo; Brindisi, qué decir, magistral. El Koke Contreras fue un fenómeno del fútbol. Le decíamos el 'cabezón' porque le pegada con la testa tan bien como con la pierna. Remataba a propósito con la coronilla; dejaba pasar primero el balón y luego lo golpeaba a la escuadra o donde quería. Eso no se lo he visto hacer nadie. Las Palmas ha tenido unos jugadores de lujo y, por fortuna, he conocido a un buen puñado. García Panasco firmaba jugadores extranjeros de calidad".
"Mi mejor partido con Las Palmas fue como hombre libre de la defensa"
Señala Félix su mejor actuación como jugador: "Fue en Segunda A, contra el Castilla, ganamos 4-0. Y por no sé qué motivo jugué como hombre libre de la defensa. Me salió perfecto, salvo un error en un control. Me sentí muy realizado en esta demarcación. En realidad he jugado de todo en el equipo".
Su fama de marcador implacable recorrió el fútbol de la 'piel de toro'. Cuenta la leyenda que cuando Johan Cruyff se enteró que Félix Marrero iba a ser titular en la final de la Copa del Rey de 1978 (ganada 3-1 por el FC Barcelona a la UD Las Palmas) le pidió a su compatriota Rinus Michels salir del centro del campo y, por ello, aquel día el 'nueve' azulgrana acabó como defensa central. Félix sonríe y conserva otra curiosa teoría. "Yo creo que en realidad Rinus Michels le ganó la partida a Miguel Muñoz. Porque el planteamiento en la final del Barça fue distinto al que nosotros habíamos preparado. Cruyff se fue a la defensa y Neeskens a una banda. Cambiaron varios jugadores sus posiciones y no teníamos a quién marcar; no estaba previsto. Nos descontroló esta situación en la primera parte".
SCHUSTER, CARDEÑOSA, JUAN CARLOS, ...
Los distintos entrenadores que le dirigieron le señalaron misiones defensivas individuales. Félix recuerda que su mejor marcaje se lo hizo a Bernd Schuster, cuando éste era jugador del FC Barcelona. "Mamé León me dijo desde el final del partido anterior: Mentalízate Félix porque te toca Schuster. Estuve toda la semana pensando en él; era una gran responsabilidad porque entonces era el jugador de moda en la Liga española. No le dejé tocar un balón".
Pero también revive con cariño otra labor de vigilancia personal, encomendada por Antonio Ruiz. "Cardeñosa fue mi compañero en la selección Sub21, teníamos una gran amistad y, además, compartimos experiencias juntos en el terreno de juego. Jugábamos contra el Betis y antes de empezar el partido le saludé para decirle: "Mira 'Flaco', lo siento mucho. El entrenador me ha dicho que tengo que marcarte. Así que no te compliques". El hombre se desquició conmigo en el Villamarín y se pasó todo el partido caminando por el campo".
Félix presume de haber recorrido kilómetros y kilómetros en los terrenos de juego y de ser "un jugador duro, pero noble. Nunca una patada ... Bueno, una vez sí. Lesioné a Juan Carlos del Barcelona, aquel que estuvo también en el Racing. Fue en el Estadio Insular y él, cuando yo estaba en el suelo, pasó por encima y me clavó los tacos en la espalda. Rajó la camiseta; fue como un latigazo. Eso no me gustó y se las cobré después. Saltamos en otra jugada juntos y se llevó un golpe en el hueso de la risa ... se lo llevaron en camilla. No hacía falta que le pidiera disculpas", dice aún hoy enojado por el gesto inicial del barcelonista.
27 tantos conserva Félix en las distintas competiciones profesionales. "El mejor fue el gol mil, por lo que significó. El más bonito se lo anoté al Valencia. Fue un centro en el que salté al remate con el portero y el defensa enfrente. Pero en vez de golpear el balón sólo lo toqué y ambos siguieron de largo, mientras el cuero hacía una parábola. Aquel día, además, me tocó marcar a Mario Kempes; anulado en el campo. Conservo el recuerdo de este partido porque mi gol supuso la derrota 1-2 del Valencia y la destitución del entrenador que más ha confiado en mí: Heriberto Herrera. Pero es que un año después fuimos a Barcelona y marqué el 0-1 al Espanyol, con Heriberto Herrera también".
"Real Madrid, Atlético y Barcelona quisieron ficharme pero Las Palmas siempre dijo 'no"
La función polifacética de Félix fue estimada en el fútbol nacional en otros destinos. "Y sé de buena tinta que los tres grandes quisieron ficharme. Lo cuento: Según me comentó don José de Aguilar (ex presidente de la UD Las Palmas) el Real Madrid pidió mi fichaje tras la temporada de Sinibaldi, la última suya (1975), pero Las Palmas no accedió. En mi homenaje Luis Aragonés me dijo que el Atlético de Madrid había pedido mi incorporación también pero Las Palmas la negó. Optaron luego por Julio Prieto, que estaba en el Celta. De nuevo, el Real Madrid, pues me dijo Antonio Ruiz -que procedente del club blanco fue primer entrenador amarillo tras la era Muñoz- insistió en el traspaso más tarde pero Las Palmas lo volvió a negar. El Barcelona lo intentó en la etapa de Núñez, pero también tropezó con otra negativa".
La experiencia personal de Félix le hace concebir el trabajo de cantera de diferente manera. "Nuestro equipo tiene una manera de producir jugadores que es extraordinaria. Por eso yo aplaudo que, en casos como el de Jonathan Viera o Vitolo, se pueda dar la posibilidad de que los futbolistas puedan salir de la isla porque no sólo se produce una mejora económica para ellos y para el club, sino que además se quita el tapón para que otros jugadores salgan hacia adelante también".
Dicho queda esta óptica diferente de quien lo vivió desde el 'otro lado'.
Manuel Borrego
"Le dije a mi mujer: mil goles, como Pelé"
Félix ha pasado a los libros de historia de la UD Las Palmas porque el 25 de septiembre de 1982, frente al Real Valladolid, fue el autor de uno de los goles más esperados. Marcó el tanto número mil del equipo grancanario en Primera División, cuya celebración inmortalizó la cámara de Juan Gregorio Hernández (imagen de la derecha, correspondiente al archivo personal de Félix Marrero). Así recupera el ex futbolista cómo fue aquel momento:
"Todos los jugadores de la plantilla estaban deseando anotar ese tanto, porque significaba mucho y además había un trofeo en juego de Canarias Deportiva (publicación semanal de Editorial Prensa Canaria). Aquel día tuve que jugar como lateral derecho", recuerda. "Pensé que desde esa posición no iba a tener posibilidad alguna de marcar. Sin embargo hubo una jugada de Juani Castillo por la izquierda en la que se quedó cerrado. Creí que me podía enviar el balón desde que me viera correr. Y lo hizo. El primero de mis centros lo rechazó el hondureño Gilberto Yearwood -más tarde jugador del CD Tenerife- y el balón vino de vuelta. Volví a hacerlo y describió una parábola perfecta que sorprendió al portero Fenoy; todavía lo estoy viendo entrar en la portería pegadito al palo".
Un tanto así provocó una especie de locura colectiva entre los jugadores amarillos. Félix la desató corriendo desde la portería de Naciente hasta más allá del centro del campo, para formar una montonera a la altura de cabinas en la grada Sur, pero ya en terreno de juego propio de la Unión Deportiva. "Estábamos tranquilos porque nos dimos cuenta de que Julio Suárez había cogido el balón con las manos desde el fondo de la portería del Valladolid. Todos los demás fuimos a celebrar el tanto pero Julio puso el cuero en el punto central del campo antes de incorporarse al grupo. Cuando nos dimos cuenta el Valladolid había puesto de nuevo el balón en juego sin que hubiesen defensores de nuestro equipo. Tuvimos que suspender los abrazos para salir corriendo como demonios. Cometimos una falta al borde del área, no recuerdo a quién (Moré) para evitar que marcaran el empate porque ya solamente quedaba Pérez, nuestro guardameta. Protestamos al colegiado (el vizcaíno Benavente Garasa) pero él no entendía nada de lo que estaba pasando. Días después nos llamó por teléfono para pedir disculpas ya que desconocía la trascendencia de aquel tanto".
El partido acabó empate 2-2. "Me llevé el balón para casa, que donaré al club en su día porque me lo ha pedido el historiador Antonio De Armas. Y al llegar le dije a mi mujer: mil goles, como Pelé. Y ella contestó: pero él los marcó solito".
M. B.