La tradicional visita de la UD Las Palmas a la villa mariana de Teror, previa al inicio de la temporada oficial, volvió a convertirse en una sesión extra de expresiones futbolísticas enlazadas con las religiosas. Daniel Díaz Cabrera, párroco suplente que ofició en la recepción a los jugadores amarillos, cuerpo técnico y consejeros, acabó su breve intervención con un "no nos defrauden" dirigido a los futbolistas. "La Patrona del Pino se compromete a cuidar a nuestros jugadores" dijo, "a no tener lesiones (...) Ustedes tienen en su mano hacer disfrutar con su fútbol durante la hora y media de cada partido; muchos aficionados en estos tiempos que corren les están esperando" con ilusión.

Al clérigo no le faltó detalle valorando lo realizado la pasada temporada como "una permanencia lograda de forma temprana" y localizando el nuevo objetivo: "que la UD Las Palmas deba volver a su categoría: la Primera División". La plantilla al completo asistió a recibir esos mensajes de aliento, además del baño de cariño de los grancanarios que estuvieron en la plaza de la villa esperando en día tan caluroso como el de este lunes.

Entre las intervenciones públicas también destacó la del presidente Miguel Ángel Ramírez, quien pidió a la Patrona "un poco de suerte (...) y que las lesiones no se acuerden de nuestros futbolistas". También habló de sus primeras sensaciones después del encuentro ante el CD Tenerife, disputado el pasado sábado. "Hay voces pidiendo poco más o menos el cese del entrenador", advirtió en una exagerada exposición para pedir de inmediato "paciencia y confianza" en el equipo que el próximo domingo inicia su rumbo en la Segunda División 2012-13.

Miguel Ángel Ramírez estuvo acompañado por los consejeros Rafael Méndez, Héctor de Armas y Antonio de Armas, y el presidente de honor del club, Germán Dévora.

T.A.