Capaz de poner el susto en el cuerpo del aficionado por sus errores; capaz de convertirse en el héroe del partido con paradas antológicas...: ese es Mariano Barbosa. Es el portero de una Unión Deportiva Las Palmas que inicia la temporada 2012-2013 con triunfo fuera de casa y que nos deja una sensación positiva en el arranque liguero.

No sabría precisar cuánto hace que el equipo amarillo no ganaba su primer partido de liga fuera del Gran Canaria (o del Insular), pero lo cierto es que ante el Racing de Santander ha demostrado saber estar en el terreno de juego, anulando a su rival sin mostrar síntomas de debilidad a pesar de ciertas imprecisiones al final del encuentro; y lo que podemos considerar más importante: dando a entender que existen unas señas de identidad en cuanto al criterio de su fútbol se refiere.

Esto no ha hecho más que empezar y puede suceder de todo en una competición larga, que promete bastante emoción y en la que los grancanarios podrían ser grandes animadores de la misma a poco que mantengan el nivel exhibido hoy, evidentemente con las mejoras que deben darse a medida que avance el campeonato y a los jugadores ya no le pesen los pies.

Vimos cosas muy interesantes, entre las que podríamos destacar el diálogo de los canarios durante los 90 minutos que servía tanto para hacer correcciones, como para recriminar al compañero por tomar una decisión en lugar de otra que podría haber sido mejor; o la piña que formaron previa al inicio del tiempo reglamentario. Son aspectos a tener en cuenta a la hora de valorar el concepto de equipo y de su implicación en el proyecto, como también se debería tener en cuenta la reiteración de fueras de juego del nigeriano Chrisantus autor del único gol en el marcador.

Atrás quedó la pretemporada, atrás quedó la temporada pasada, ahora sólo queda mirar hacia el futuro. Un futuro que los jugadores de Las Palmas tienen la posibilidad de mejorar con sus acciones y que como mínimo deberán trabajar para ilusionar a la parroquia para que asista en masa al recinto de Siete Palmas. El primer paso está dado, seguro que vendrán curvas, pero el proyecto Lobera promete. Su juventud, seriedad y responsabilidad pueden ser contagiosas; bendito contagio dirían muchos, pero eso sí; siempre con los pies en la tierra...

Higinio Medina