Félix Oramas revive su debut como jugador de la UD Las Palmas firmado hace 25 temporadas, miembro de un proyecto de cantera en Primera División
Manuel Borrego
Tíos, primeros, hermanos, sobrinos, ... el sello de los Oramas transita en varias generaciones de futbolistas grancanarios, desde los que actuaron en Primera División con el RCD Espanyol (los dos Rafael), el juvenil diablillo amarillo (Juan), el centrocampista que actuó en la etapa posterior al subcampeonato de Liga de la UD (Menchu), hasta los ahora jugadores de filiales Asdrúbal (Las Palmas Atlético) y Aníbal (concentrado con doce años en Las Rozas, dentro de un grupo de elegidos de élite español de su edad), sin olvidar a Mingo Oramas, eficiente responsable del juvenil de División de Honor. "Todos llevamos el gol en las venas", comenta Félix Oramas, el último de la saga que ha defendido la camiseta de la UD Las Palmas en la Primera División y que el 6 de septiembre de 1987 debutaba en La Condomina con el escudo del club grancanario. "!Veinticinco años¡. Qué rápido ha pasado el tiempo. Y aún sigo en el fútbol", dice el responsable técnico del Agaete.
La aparición del Gato Oramas en la Primera División se produjo a los 25 años luego de haber tenido que triunfar en otros equipos para ser repescado por la UD Las Palmas. Hoy, desde la distancia, recuerda que "el año anterior había logrado el ascenso marcando 28 goles con el CD Maspalomas, en Tercera. Estaba a punto de firmar por el CD Tenerife, puesto que había recibido una oferta de su secretario técnico, José Antonio Barrios, cuando el equipo se encontraba en Segunda División. El interés del Tenerife fue determinante para mi vuelta a la Unión Deportiva, donde había actuado hasta Las Palmas Atlético, en Segunda B. Pero tuve una lesión de rodilla y entonces ..."
Félix Oramas muestra la zona de la Ciccer, donde se formó en distintas actividades deportivas (C. Torres)
"Las Palmas me fichó cuando estaba a punto de firmar por el Tenerife"
... La historia la continuó Félix Padrón Rodríguez (7 de mayo de 1962), quien hereda el apellido futbolístico de sus antecesores, con una colección de goles en el Unión Moral -dirigido por Álvaro Pérez-, UD Telde y el mencionado Maspalomas. El regreso a Las Palmas se produjo con un equipo que actuaba en Primera División, dirigido por Germán Dévora y caracterizado por el acento canario de su vestuario: "Venía de una muy buena temporada en el Maspalomas, donde me compenetré con Momo Figueroa, el padre del hoy jugador del primer equipo amarillo, con quien formé un dúo de ataque importante. Nos entendíamos a la perfección; marcábamos y pasábamos. Aprendimos mucho juntos, él era muy listo. Mi papel en la Unión Deportiva fue diferente", añade, "porque tenía una competencia mayor con Koke Contreras, que era nuestro líder en el terreno de juego, Andrés, Narciso y luego vino el húngaro Dajka. Me supo a poco mi etapa en Las Palmas", confiesa.
En ese ciclo profesional deja Oramas su sello en la portería de la Real Sociedad, con Arconada, gol que conserva en mente como uno de los trofeos personales porque batir al meta internacional de la selección era en aquella época una hazaña profesional. "Fue una jugada en la Grada Curva, donde intervinieron Chinea y Koke. Hubo un remate de Andrés que rechazó el portero y yo tuve la suerte de coger el rebote entre varios defensas. Arconada salió a la desesperada y logré batirle. Era el 3-2 definitivo y faltaban pocos minutos. No olvidaré en la vida ese gol".
Félix fue durante semanas el delantero de cantera al alza, aún cuando sabía que "Narciso estaba por explotar, como más tarde ocurriría. Yo me movía bien entre líneas y con el tiempo fui ganando enteros en lo que a definición de gol se refiere". En el aspecto físico su hijo Asdrúbal es un calco y el padre-entrenador tiene argumentos para definirle cuando aún está en la etapa primaria, previa a la profesionalidad. "Asdrúbal está por definir como delantero, está en formación. La gente destaca su garra, pero es capaz de combinarla con un buen criterio con el balón porque no tiene ausente la calidad técnica. Cuando sea capaz de combinar ambas cosas mejorará su capacidad, aunque considero que ya es una de sus cualidades actuales el remate".
El benjamín de la casa, Aníbal, en cambio goza de nuevas características: "Es un jugador de banda, rápido, con desborde. Son jugadores distintos pero ambos de ataque. Como ya dije: estamos siempre en el área rival".
A Félix, apasionado amarillo, le gusta la nueva propuesta de cantera porque "este cambio drástico es positivo. Y, desde mi faceta como entrenador, valoro el juego elaborado y combinativo. El fútbol que el equipo presenta ahora lo podríamos comparar en algo a la primera vuelta de Paco Jémez. Y aplaudo la decisión del club en espera que también en alguna ocasión se le otorgue una oportunidad así a un entrenador canario con perfil similar al actual. Sé que en nuestro gremio hay técnicos que pueden estar en ese nivel y no tienen nada que envidiar".
Félix, 25 años después, sigue soñando en amarillo y azul, algo que "se vive desde niño. Uno lo lleva dentro y siente un orgullo personal haber jugado en el equipo aunque habría deseado hacerlo por más tiempo". Pero el fútbol le tenía reservados otros cometidos que aún siguen en pleno desarrollo.
La plantilla 1987-88, Primera División:
Arriba: Chano Lozano, Pedro Luis, Oscar, Almeida, Saavedra, René Hansen, Félix, Pepote y Manolo López.
En el centro: Ernesto Aparicio (masajista), Verona, Sito, Andrés González, el cuerpo técnico con Paco Castellano (asistente), Germán Dévora (entrenador) y Ruiz Caballero (preparador físico), José, Mayé, Julio Durán y Emilio Tomé (doctor).
Sentados: Alexis Trujillo, Koke Contreras, Javi Campos, Chinea, Manolín Perola, Narciso, Félix Oramas, Antonio Padrón y Yoyo.