Miguel Hernández, el nuevo guardián de La Presa
07/09/2012

El máximo tumbador juvenil de Canarias cambia de rol en el Adargoma al pasar de ser un lujoso telonero en su plantilla a llevar galones de liderazgo

Manuel Borrego

Miguel Hernández Calero (Puerto del Rosario, 16 de diciembre de 1992) tiene flanco débil. Cuando no pisa la arena de un terrero se adivina tras su tímida sonrisa una persona tierna, de fácil acogida y dócil paisanaje; en su escenario de brega en cambio se ha acostumbrado a ser el hombre a batir, un luchador al que le cambia la cara porque ha de concentrar su energía en eliminar los puntos de apoyo del oponente. Es muchas veces inexpresivo, pues el triunfo y la derrota conviven en él inculcados en la barrica de roble que lleva el escudo del CL Adargoma, su club. Nobleza, respeto, deportividad limpia, ... se concretan en este deportista de piernas arqueadas y cara de no romper un plato.

Miguelillo El Majorero ya no es el niño de La Presa, porque en 2012 traspasa su condición de juvenil. Ahora -salvo novedad ulterior- pasa a llevar galones de general, primera silla sobre la que orbita el club de acogida tras el comienzo en San Miguel de Tuineje. En él se sintetiza todo Adargoma: escuela de nobles deportistas, taller de estilistas y un concepto general que el luchador lo refleja en vísperas al inicio de su primer año como senior: "la idea del luchador es salir al terrero a que la gente se divierta, a ver un espectáculo. Yo creo en las mañas, en la lucha de los estilistas. Entiendo a la gente que no vuelve a un campo después de presenciar a dos puntales que se eliminan sin apenas moverse".

 

"Creo en la lucha de los estilistas"

Miguel es heredero de aquellos bregadores de antaño, auténticos contorsionistas de la arena. A él le gusta llevar el agarre a ras de suelo, casi levitando. Obliga a sus adversarios a tener fuertes brazos, ágil cintura y capacidad de reacción felina. "¿El luchador que más me ha gustado esta temporada?. No tiene que ser juvenil: Eusebio Ledesma me encanta. Imagina cosas imposibles, capaz de sacar del suelo a rivales seniors. Quizá yo mismo me veo identificado de alguna manera en él. Medianito también está entre mis preferidos. Y, en Gran Canaria, admiro mucho a Agustín González Pollo de La Candelaria". Se refiere Hernández al líder del Maninidra, con quien mantuvo una rivalidad extraordinaria la pasada campaña iluminando ambos noches memorables en La Presa y Los Molinillos: "Me ha sorprendido muchísimo su marcha a Tenerife, porque pensé que sus raíces en Maninidra estaban intactas. Sin embargo también me alegro por él, porque se le valora su labor y porque tiene oportunidad de conocer otras competiciones".

"Rodríguez del Toro hace cosas sencillas cuando en realidad son complicadas; Trota está fuera del alcance ... por ahora"

"También destaco al Pollo de la Herradura", coloso luchador del Unión Gáldar. "Para mí ha sido un adversario muy complicado de batir porque tiene una gran envergadura, levanta a los rivales como si fuese una grúa. Hemos dado en la arena el uno al otro de par a par; nos veremos más veces". No deja de señalar como otra referencia a Carmelo Rodríguez del Toro: "Me gusta muchísimo su estilo, hace cosas de una forma sencilla cuando en realidad son complicadas". El puntal A de Gran Canaria, Juan Espino Trota, en cambio "esta fuera del alcance ... por ahora".

Adargoma-Maninidra o viceversa es sinónimo de lucha de buen paladar: "Los dos equipos lo dimos todo la pasada temporada. Salimos en cada luchada sin guardar nada. La segunda categoría estuvo muy bien. Los terreros estaban nutridos de aficionados y eso para los luchadores era una motivación". Miguel no esconde que él también puede transitar un día un cambio de ruta porque "aunque estoy muy a gusto en el Adargoma, también me desearía probar fuera en el futuro. Ahora tengo un año por delante para hacer cosas interesantes. Entre otras el incorporar nuevas mañas a mi lucha, porque hay que evolucionar para seguir sorprendiendo. El conocimiento del rival nunca acaba". No precisa sobre las innovaciones que adquiere: "son cosillas que estoy practicando y que ya se verán en el terrero; no sólo cuando ataco sino cuando defiendo".

"Teníamos un gran equipo para el Pancho Camurria pero faltó motivación"

Está acostumbrado a la responsabilidad, por eso no le asusta el papel definitivo que pueda adoptar a partir de octubre. "En realidad", insiste, "el pasado año estaba muy centrado en mi participación con los juveniles, porque sentía una estimulación grande por acabar esta etapa de la mejor manera. Hacerlo con el título regional de la categoría fue el mejor final, aunque me habría gustado que no ocurriera con la polémica que tuvimos con el Tijarafe Guanche. Las normas son iguales para todos y aquel día en Tenerife nos descentramos con todo lo que pasó con Alejandro Afonso. Nos quedó la pena de no haber podido celebrar la victoria en esta competición como habría merecido".

Uno de los lunares del ejercicio recién finalizado fue la celebración en Valsequillo de la fase final del Torneo Pancho Camurria juvenil, ganada por Tenerife y con discreta participación grancanaria. "Teníamos un buen equipo, pero nos faltó motivación. Tenerife fue superior a todos, eso es indudable, pero nosotros teníamos cualidades y piezas para poder vencer en la competición. ¿Qué pasó?, no lo sé. No me sentí yo mismo y creo que a algunos compañeros también le ocurrió lo mismo".

Arranca Miguel en su primera temporada como Destacado B, directamente desde la categoría juvenil. Se le otorga un protagonismo importante futuro al que en breve recibirá los dos trofeos Juan Barbuzano de la Regional como máximo tumbador juvenil de Canarias y también de la categoría de su club, la Segunda. Adargoma tiene pasado y mira con él su futuro inmediato. "Vengo nuevo; el año pasado se me hizo un poco largo. Saldremos con decisión la próxima temporada".

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