El Herbalife Gran Canaria y el Joventut realizaron esta tarde un satisfactorio entrenamiento a puerta cerrada en el Palau Olimpic de Badalona. Como confesara en su twitter el técnico amarillo, Pedro Martínez, "ha sido un buen entrenamiento con derrota por siete puntos", en un choque fuera de lo común de cuatro tiempos de diez minutos -en eso se siguió lo ordinario-, pero en el que el marcador se reponía a cero al unicio de cada cuarto.

Cada entrenador pactaban el tipo de disposición táctica a llevar a cabo en el encuentro. Así, los dos conjuntos buscaban sus soluciones particulares a las posibles pruebas que pronto se les van a exigir en la competición real. El Palau no registró ninguna asistencia. El acuerdo de jugar a puerta cerrada tapa las sorpresas para el inicio de la Liga el 30 de septiembre. No hay, por ello, ningún tipo de estadística pública, sólo la que los dos equipo reservan en sus cuadernos de botácoras para hacer sus pertinentes análisis.

El Gran Canaria se encontró por primera vez con Savané de frente, en un ensayo de posibles reacciones cuando esta circunstancia se produzca de manera oficial en la temporada. Lo mejor, dada la situación del representante grancanario, es que no ha habido ningún incidente en el parte médico. Los de Martínez aguardan aún la recuperación de jugadores como Toolson, Rey y ahora, Eulis Báez.

Con este tipo de partidos, los amarillos cubren parte del expediente de la pretemporada, que les obliga a tener el mayor número de encuentros posibles de cara a afinar a su plantilla para el primer compromiso de la Liga, el 30 de septiembre en casa ante el Bilbao. Los bizcaínos se impusieron el pasado domingo al Murcia por 75-90, lo que suponía su segundo triunfo en tres encuentros de preparación tras ganar en su debut al Palencia (72-80) y perder posteriormente con el Fuenlabrada (83-74).