Mangué regresa con su medalla 52 días después
02/10/2012

A la teldense le sabe mal la no inclusión de la tinerfeña Eli Chávez en el palmarés olímpico, aunque "el equipo ha decidido compartir con ella la prima por el bronce"

T.A.

Emocionada y sorprendida por la recepción de su club de origen (Rocasa), Marta Mangué arribó este martes a su isla natal, 52 días después de lograr con la selección española de balonmano una de las mayores hazañas olímpicas para el deporte femenino español. La medalla de bronce conoció, al fin, la tierra donde comenzó a gestarse con la aportación de la deportista grancanaria, que fue considerada por la IHF como mejor organizadora del torneo olímpico disputado en Londres.

Mangué no había podido venir antes a su tierra porque apenas acabaron los JJOO hubo de desplazarse hasta Serbia para entrar en pretemporada con su actual equipo. La espera mereció la pena porque las emociones, retenidas, emergieron a su llegada. Fue recibida por sus padres, además de jugadoras, técnicos y simpatizantes del Rocasa, así como la alcaldesa teldense, María del Carmen Castellano, y su concejal de Deportes, Pablo Rodríguez. El presidente de la Federación Insular, Florencio Sánchez, le hizo entrega de un ramo de flores.

EL DETALLAZO CON LA TINERFEÑA ELI CHAVES

Todo el equipo nacional femenino español ha tenido un detalle digno de elogio con sus compañeras Eli Chávez (la internacional tinefeña, reserva londres 2012) y Carmen Martín (lesionada en el transcurso de la competición olímpica). Ambas quedaron sin derecho a subir al podio, ni se les reconoce la medalla olímpica que el resto luce en las respectivas hojas de servicio. A Marta, como a las demás jugadoras, les supo mal que Chávez regresara a Tenerife sin la medalla que le habría correspondido:

"La verdad que sí. Estuvo mal organizado porque ella estuvo allí cubriendo toda la preparación, entrenando y cumpliendo en todo momento. Se habría merecido la medalla igual que todas nosotras (...) Ella sabe que es parte de este éxito aunque realmente no pudo aportar todo lo que habría querido. Pero hemos acordado todas las jugadoras que parte de la prima (que conceden los organismos españoles por el logro del tercer puesto olímpico) la repartiremos con ellas", en señal de solidaridad y reconocimiento. La medida del reparto afecta a las dos compañeras que no pudieron subir al cajón: Chávez y Martín.

"Nosotras tampoco esperábamos este final. Fue un sueño lograr (la medalla) y todavía lo sigue siendo", confiesa casi dos meses después de la gesta Marta Mangué. "La medalla pesa 800 gramos y cada gramo vale su peso en oro", comentó satisfecha. "El partido ante Corea no lo tuve claro en momento alguno hasta que lo ganamos. Porque fue una prórroga tras otra. Pero sabíamos que íbamos a conseguir medalla. Le dedico este éxito a mi familia y a todos los que me siguen. Me ha hecho mucha ilusión encontrarme a tanta gente esperándome. Confieso que estoy nerviosa".

"RÍO ... SI ME RESPETAN LAS LESIONES"

"Río de Janeiro está muy lejos. Tengo muchos kilómetros recorridos ... La rodilla ha aguantado muy bien. Si me respetan las lesiones podré llegar a Río. Y también dependerá cómo se trabaje en la Federación Española de Balonmano: si hay o no cambios", argumenta Mangué, que el domingo volverá a los Balcanes para continuar con su particular batalla en la Liga serbia. Ahora, unos días de relax familiar y compromisos institucionales.

Grupo de jugadoras del Rocasa homenajean a la medallista de bronce en su arribo a Gran Canaria (C. Torres)


Jugar en Serbia con un chándal

Marta Mangué estuvo este jueves en Onda Deportiva, de Onda Cero Las Palmas, explicando sus sensaciones en los Juegos Olímpicos y hablando también del frío vivido su nuevo país de residencia. "En Serbia he vivido algo que ni me creía que era posible: la temperatura de menos veinticinco grados. Una vez jugamos un partido en chándal y todavía pasamos frío. Nunca pensé que se pudiera vivir así, aunque en esta época del año temperatura es como en Gran Canaria".

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