La tolerancia de lo anormal: el entrenador vitoriano mantuvo su costumbre de penetrar en cancha una y otra vez, casi un sexto defensor, con la permisividad arbitral
Dusko Ivanovic nunca dejó de ser jugador. Temperamental y activo en el banquillo, posee en la Liga española carta blanca para jugar su partido, como un "sexto defensor" de sus equipos. Él también actúa al límite con la tolerancia arbitral a su habitual comportamiento. Porque Ivanovic invade una y otra vez, acción tras acción, el rectángulo de juego. Tiene su propio ritual. Es más activo cuando el balón lo tiene el oponente -Scheyer debió esquivarle levemente en un contragolpe amarillo en el primer tiempo-. Y se contiene algo cuando se desarrolla un ataque del Caja Laboral. Aunque, con tanta energía acumulada, se introduce para decidir cómo han de desarrollarse todas las acciones. Sólo le falta tirar al canasta.
Ivanovic no protesta a los árbitros. No abre esa puerta que sería peligrosa. Este sábado desde la primera jugada sacó su genio y el primero en escuchar sus observaciones o reproches fue Carlos Cabezas. El internacional español estaba en el banquillo pero a él se dirigieron las instrucciones tras un error defensivo de un compañero.
Lo anormal se ha convertido en cotidiano. Los pasos de Ivanovic por el Centro Insular de Deportes, donde el calor popular se siente a nivel de pista, generan chispas. Se ausentó esta vez de polémicas con la afición grancanaria que protestó al trío arbitral las constantes invasiones del técnico visitante en el parquet. Ivanovic llegó a estar varias veces más avanzado que el colegiado que cubría su banda. Y en reiteradas oportunidades, al borde del tropiezo con jugadores o árbitros, se le encomendó la misión de situarse tras la línea de banda ... pero sin sanción alguna.
Al fin y al cabo la trayectoria del partido casi llevaba su propia firma como jugador: defensa al límite, teatro y gesticulación abundante para rematar el marcador con muñeca caliente desde el perímetro. Mucho Dusko, mucho Caja Laboral y bastante tolerancia de los colegiados.
Una de las invasiones de Dusko Ivanovic cuando el Gran Canaria movilizaba su ataque (C. Torres)