Un proyecto con el pulso débil
16/10/2012

Si no se hubiese jugado la primera jornada, Las Palmas sería colista. Esa es una de las consecuencia tras ocho jornadas de divorcio con el triunfo y de caos creciente

Manuel Borrego

La situación de la UD Las Palmas, tras ocho jornadas de Liga consecutivas sin lograr el triunfo (parcial de 3 puntos de 24 posibles), ha dado un nuevo traspié en el escenario de la preocupación, encendiéndose todas las alarmas porque el equipo de Sergio Lobera ha sido incapaz de asimilar de manera positiva los cambios propiciados y, en contra, progresa peligrosamente hacia la zona oscura de la clasificación. El dato más llamativo tiene que ver con los números: si la Liga hubiese prescindido de la primera jornada, es decir, si no se contabilizara la única victoria amarilla en El Sardinero, la UD Las Palmas ya sería colista de Segunda porque esos tres puntos son insuficientes para los cuatro logrados por el Guadalajara en estas ochos últimas jornadas.

Los resultados ejercen su dictadura y no admiten debate. El proyecto encabezado por Sergio Lobera entra en una fase agónica, con un pulso débil. Estas son algunas de sus claves:

De mantenerse el promedio actual, Las Palmas acabaría la Liga con 93 goles en contra. Es el gran defecto del equipo, una consecuencia relacionada con otros factores y que en su día fue capaz de dinamitar la campaña iniciada por Paco Jémez. Con el promedio actual de goles encajados (20 en 9 jornadas) la UD Las Palmas se presentaría al finalizar la campaña con un total de 93,3 tantos rivales en su portería. Esta cifra resultaría insoportable para un equipo que, al menos, tenga como objetivo la salvación de categoría. La única ocasión en que los hombres de Lobera dejaron su portal a cero fue precisamente el día de la única victoria en el campeonato, contra el Racing de Santander. También se repitió en el 0-1 de Copa contra el Xerez.

Una alineación no identificable tras cubrirse una cuarta parte de la competición. El dicho futbolístico no se cumple en la actual UD Las Palmas: cuando un equipo funciona, su formación se conoce de carrerilla. Al contrario, el once ha ido viajando con distintos cambios durante la temporada e, incluso, el propio diseño del equipo titular al modificarse el sistema en un intento de ser más eficientes, con mayor protección por los costados. Sin embargo, la actuación de Valdebebas convirtió en espejismo la relativa mejoría expresada en vísperas a esta visita. Cada jornada es un dilema acertar con la composición del once, especialmente en las piezas del centro del campo.

Síntomas de falta de tensión de los jugadores en el inicio de los encuentros. El 1-0 del Castilla, en el minuto 2 de juego, subrayó otro defecto reiterado en el conjunto de Sergio Lobera. En los primeros instantes de los partidos se han producido varias jugadas que han sembrado el caos posterior en el propósito de los amarillos. Son goles en contra que rompen planes o previsiones. El tanto de cabeza de Borja García ha sido el más temprano de los encajados por Las Palmas, que suma ya cuatro goles en contra en los primeros diez minutos y seis en total en los primeros 20. Las Palmas parece obsesionada esta temporada en batir récords, como lo demuestra la señalización de un penalti en contra a los 28 segundos de juego, frente al Alcorcón. Otro más tarde, a los cuatro minutos, frente al Villarreal. El arribo a cada campo de batalla del equipo, en suma, ofrece alta desconfianza.

El ataque por las bandas, una decepción. Vitolo, Nauzet Alemán y Vitolo, un triángulo de jugadores de notables cualidades para el juego por las bandas, formaban la tripleta icono de la campaña por el ascenso. Previsiblemente la UD Las Palmas puede disponer del mejor tridente del campeonato para explotar este recurso, que había ya dado dividendos interesantes al equipo en temporadas anteriores. Sin embargo, la UD apenas tiene mordiente en el juego combinativo y sus extremos no han aparecido al menos con la intensidad o importancia que se le había presupuestado. Los datos hablan solos: tras nueve encuentros Nauzet suma dos asistencias, Vitolo y Momo, ambos uno. El caudal ofensivo de los amarillos ha sido parcialmente controlado por sus adversarios.

Siete parejas usadas en el doble pivote. Tampoco acierta Sergio Lobera a encontrar el núcleo organizativo del equipo. Ha probado un total de siete parejas de dobles pivotes en nueve encuentro. Han participado seis jugadores en estas combinaciones y la sensación que queda es que el entrenador tiene una montaña de dudas después de tres meses de trabajo con el equipo. Ni siquiera Javi Castellano (41 encuentros completos la pasada temporada) ha logrado instalarse en su sitio natural. Jugaron en dos ocasiones Deivid y Sergio, también Vicente Gómez y Javi Castellano. Pero se realizaron más pruebas de forma alternativa con Deivid-Vicente, Vicente-Javi, Vicente-David González, Javi-Hernán y Hernán-Vicente.

El criterio sobre la necesidad de la posesión ya no es prioritario. Lobera habló durante la pretemporada de defender con el balón raptado por los jugadores amarillos. La idea, plasmada ante el Racing de Santander en la introducción de la Liga, fue exitosa. Pero paulatinamente el concepto ha ido variando en función de los resultados. La UD Las Palmas mantiene un 2% de ventaja sobre la posesión con respecto a sus oponentes. La consecuencia es que, además del descontrol de los marcadores, ahora tampoco el equipo tiene el balón en su poder.

Estrategia ofensiva bajo mínimos: sólo un gol y tras error del portero. La estrategia ofensiva de la UD Las Palmas, tan determinante en la Segunda División, se presenta casi inédita en este campeonato. De los diez goles anotados se contabiliza sólo uno como consecuencia de una acción a balón parado o como segunda jugada. Ocurrió precisamente en Valdebebas, donde un clamoroso error del portero al capturar el centro de Hernán dejó en las botas de David García la posibilidad del empate. En cambio, la portería grancanaria ha sido perforada ocho veces por goles de pizarra: tres penalties, tres acciones de faltas y dos córners.

Primeros síntomas de ansiedad. Y el peor enemigo para situaciones como la actual ya se ha dejado entrever en las últimas jornadas. Después de la derrota con el Almería, cuando sobre el terreno de juego los futbolistas de Sergio Lobera terminaban sus acciones con precipitación, algunos jugadores declararon que ya estaban deseando que llegara el partido contra el Castilla. Esas prisas se han traducido luego en una actuación defectuosa en Valdebebas y, en sala de prensa, de nuevo se escucharon a futbolistas deseando que llegue el siguiente encuentro. El instante de calma es necesario pero ... la ansiedad puede jugar un papel peligroso.

 

 

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