Así, sí
18/10/2012

Por Higinio Medina

No empezó bien la Unión Deportiva su partido contra el Racing de Santander. En los albores del encuentro volvía a encajar un nuevo gol, y de nuevo la incertidumbre en una noche en la que la lluvia que caía en la isla respetó a la escasa pero animada parroquia, que por momentos protestaba, por momentos aplaudía el juego de los amarillos.

Diríamos que fue una noche de fútbol especial por distintas razones: por un lado vimos que con lucha se superaba la adversidad de ir con el marcador en contra, sobre todo cuando el balón no quería entrar en las múltiples acciones de peligro creadas por los canarios. No vamos a entrar en el análisis del juego desarrollado, pues existen muchos aspectos que se han de corregir; pero sí tenemos que detenernos en los nombres y en los hombres. Sin menoscabo de nadie, pues las carencias se suplieron con pundonor, no podemos obviar el excelente papel de Momo desde el primer momento: corrió, jugó y dio una verdadera lección de entrega y calidad, como tampoco podemos obviar a Nauzet, ni a Murillo con su extraño gol y con celebración dedicada al entrenador, ni a Thievy: ¡qué portento físico!, ¡qué punta de velocidad!; realmente extraordinario, ni a Deivid...

Otro de los aspectos que hacen de ésta una noche especial, fue la ovación que de nuevo el público dedicó a Javi Guerrero a pesar de varias oportunidades marradas en inmejorables acciones de gol. Casi podríamos hablar de la "negación" de Guerrero, pero el veterano jugador con sus silbidos a compañeros indicándoles los desmarques, con su saber estar en el campo le colocan como pieza indispensable de este puzle que se ha de resolver lo antes posible.

El gol en el último minuto que daba opción a la prórroga y el "tsunami" amarillo que se produjo en ésta, divirtieron a los fieles seguidores que no se amilanaron ante las inclemencias del tiempo y disfrutaron como hacía tiempo con una victoria para enmarcar y con muchas connotaciones, como por ejemplo el veredicto que los asistentes dieron sobre las figuras de Juanito y Lobera: denostado uno, apoyado el otro...

Fue una noche especial que quizá no marque nada, lo dirá el futuro; pero sí vimos lo que muchas veces demandamos: entrega y profesionalidad en la defensa de un escudo y de unos colores. Así, sí...

 

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