La más floja entrada de la vigente temporada tenía argumentos: el mal momento del equipo, el bajo instante también del Racing, la propia competición tan descafeinada, el ambiente lluvioso del día, televisión en directo, ... pero 3.360 personas fueron al encuentro y no lo hicieron de manera pasiva. Jugaron su papel especialmente en los minutos delicados, 'a-po-yan-do' como reza el spot publicitario de la campaña de abonados.

Pero el público atendió de manera individual a diversos protagonistas del partido. A Javi Guerrero se le reprochó una ocasión malograda a los 15, cuando en un mano a mano no precisó su disparo con la derecha y el portero Mario realizó una tapada de esas escalofriantes. El público estaba más enfadado con el temprano 0-1 que con el propio error de Guerrero, que enmendó la noche con un disparo desde el borde del área. Luego se vació en el campo de batalla y el capitán de este partido fue despedido con una ovación con la práctica totalidad de los 3.660 indomables en pie, tomándole como emisor de la reacción que venía en camino.

La primera clara división de la noche fue para Sergio Suárez en su relevo mientras que el galo Thievy tuvo el regalo de la segunda aclamación popular.

El debate se extendió, no obstante al apartado técnico. Con el 1-2, la práctica totalidad de los moradores de tribuna irrumpió en la escenografía. Rescataron éstos el ¡Juanito, vete ya! que no se escuchaba desde ... 2007-08, cuando sentenciaron al entonces entrenador que pasó al despacho como asesor de la dirección deportiva. Miguel Ángel Ramírez, presidente de la UD Las Palmas, tenía previsto acudir a una cena federativa en el transcurso de la segunda parte pero, en un acto de hidalguía, se mantuvo en su posición de combate, aguantando la tempestad. La ira popular no cesó ni siquiera cuando los amarillos lograron empatar y ponerse por delante en el marcador. En cambio, se produjo un clamor desde el graderío en favor de Lobera, que respondió en varias ocasiones con el pulgar en alto (foto de la derecha) a los aficionados y más tarde dijo aquello de que "noche como esta no la olvidaré en la vida".

La más baja afluencia a un partido oficial de la UD en el Gran Canaria

Los 3.360 espectadores del UD Las Palmas-Racing han cubierto la más baja afluencia de un partido oficial de la entidad amarilla en el Estadio de Gran Canaria. Sin embargo no es el menor aforo de este recinto en partidos de Las Palmas puesto que las dos que rebajan el dato se jugaron contra el Universidad, siendo este equipo anfitrión. En 2004-05, en el choque inaugural de la campaña, acudieron a ver este partido entonces de rivalidad 1.312 personas; unas ochocientas más lo hicieron en el Estadio Insular a través de pantalla gigante al negarse a pasar por taquilla en favor del equipo azulino.

Los 3.883 de Liga contra el Tarrasa, en 2003-04, es el peor registro de la UD como anfitrión desde la mudanza antes de los 3.360 de este miércoles.