Las Palmas reacciona en la Liga con un nuevo orden defensivo, cambio de organizador y conceptos para rentabilizar su ataque
Manuel Borrego
El plan B de la UD Las Palmas, obligada ponerlo en práctica tras tocar fondo en la clasificación, pasa por una transformación de conceptos generales sobre la manera de afrontar sus partidos. La idea global que podría presidir estos cambios está localizada en el aprovechamiento máximo de los jugadores, de sus características. La maquinaria del equipo en función de sus piezas. Y es curiosa la metamorfosis que ha expresado el conjunto de Sergio Lobera en su exitosa última actuación frente al Sabadell: de la propuesta original de fútbol de toque, que inspira al Barça, Las Palmas ha pasado a asemejarse más (salvando distancias) al fútbol en oleadas verticales que caracteriza la etapa de Mourinho en el Real Madrid. La búsqueda de los resultados puede transformar a Las Palmas en pocas jornadas.
Ante el Sabadell, hubo síntomas de refrescante mejoría, una victoria que debe servir como partido-ilustración de lo que la UD Las Palmas ha de repetir para progresar en la clasificación. El dato más destacado es que el único momento de peligro en la portería de Barbosa se vivió en los instantes finales y a través de un lanzamiento lejano de Juvenal. Porque Las Palmas volvió, tras nueve jornadas de Liga, a dejar su portería intacta y esa es la mejor señal de que está en el camino correcto.
EL ROBO COMO HERRAMIENTA. Hasta donde las fuerzas aguantaron, Las Palmas distribuyó una legión de jugadores en el campo interceptando las comunicaciones del Sabadell. El robo de balón fue la primera herramienta bien empleada, propiciando la siguiente acción conjuntada del equipo. Vitolo, Momo, Nauzet, Javi Castellano e, incluso, los adelantadas Thievy y Javi Guerrero se vaciaron en la presión y, de inmediato, iniciaban la carrera a espaldas de la zaga visitante. La iniciativa y el toque era arlequinado; el arreón, en cambio, amarillo.
Nauzet Alemán, ahora en posición de pivote organizador del equipo amarillo (C. Torres)
UN NUEVO ORGANIZADOR. La posición de Nauzet Alemán en el eje central del terreno de juego ha variado algunos conceptos. En especial porque la misión prioritaria ya no es el toque sino el distribuir muchas veces en largo el balón para poner a prueba la velocidad de Vitolo y, especialmente, Thievy. En estas carreras verticales ambos tienen ventaja sobre un amplio abanico de defensas de la Segunda División. El fútbol de contragolpe de los amarillos es prometedor y con piezas tan veloces la rentabilidad promete ser mayor.
LLEGADOR PARTICIPATIVO. Javi Guerrero conoce todos los atajos del campo de juego. Su esfuerzo es dosificado y con Thievy ha logrado conectar casi con la mirada. Ante el Sabadell ambos se complementaron correctamente y fue Guerrero quien puso frente a Nauzet Pérez varios balones para la gacela francesa. Momo y Vitolo, por las bandas, lograron incluso ganar la línea de fondo.
Dani Castellano, nuevo lateral zurdo acoplado al dúo Murillo-Deivid (C. Torres)
NUEVA ESTRUCTURA DEFENSIVA. Completa la terna de la revolución de Lobera un cambio de piezas y actitud en el cuarteto defensivo. Deivid (tras cinco jornadas en el banquillo y un debut inicial como pivote) acude a su posición natural como zaguero central, ajustándose al solvente Jeison Murillo. Pignol continúa en la derecha, aunque se parece más al Pignol conservador de otras temporadas, mientras Dani Castellano es el hombre en el que se deposita la confianza en el costado izquierdo. La credibilidad de la retaguardia grancanaria, que junto a la del Castilla y Guadajalara ofrecen 20 goles en contra, gana entero si las líneas de contención previa son tan eficientes como ocurrió el pasado domingo ante el Sabadell. La actividad del colectivo cambia su dirección de manera muy alentadora.
Pero todo es cuestión de continuar porque la Liga tiene sesión continua de 42 jornadas. Y si el arreón es más eficiente que el fútbol de toque; pues arreón tenemos.
Dievid, primera participación en la Liga como defensa central de la UD (C. Torres)