"El señor Barragán no viene. Felicita a Las Palmas por su victoria pero no vendrá a la sala de prensa". Claudio Barragán, entrenador de la Ponferradina, no siguió la rutina habitual, renunciando a acudir a la sala de prensa del Estadio de Gran Canaria tras concluir la contienda. Se sentó en la guagua del equipo berciano y dejó a los periodistas esperando. No se recuerda en años una espantada como la protagonizada por el técnico visitante este domingo.

Estaba enojado, sin duda. La expulsión de Carlos Ruiz dejó a su equipo en inferioridad y le cambió el humor. No sólo a él. Algunos de sus jugadores perdieron los nervios. Yuri De Souza, esta vez capitán de la Ponferradina, lo exhibió camino de vestuarios golpeando un soporte publicitario. Recibió tarjeta antes por protestar y los asistentes de Barragán evitaron que sus reclamaciones siguieran al concluir el primer periodo, yéndole a buscar al centro del campo.

Sergio Lobera, en cambio, no alteró su discurso en otro día que acaba con triunfo, el quinto consecutivo desde que Las Palmas venciera en la prórroga copera al Racing de Santander. "En la segunda parte dimos vida a un rival que estaba con diez; jugamos con fuego", comentó el entrenador amarillo. "Y pudimos quemarnos. No podemos ser conformistas", aunque consideró el técnico aragonés que "hemos logrado tres puntos importantísimos que prolongan nuestra dinámica positiva. Ya lo he dicho antes: cuando perdíamos no estaba todo mal y ahora que ganamos no pensamos que todo está bien".

Le preocupa al preparador amarillo que "hemos sufrido en exceso en este partido ante un rival que tenía un futbolista menos y en algunos momentos el equipo estuvo lejos de lo que pretendemos". Sin embargo, en ese juego de palos y zanahorias, valoró como "prioridad absoluta" el que una vez más la portería de Mariano Barbosa quedara intacta. "Esto no es fruto de la casualidad sino del trabajo. Hemos mantenido tres partidos en casa la portería a cero".

Sergio Lobera celebra el gol de Guerrero; detrás también lo hace Socorro (C. Torres)