Las estrellas obreras
07/12/2012

Nauzet Alemán y Momo, los dos refuerzos que conocen el camino hacia la Primera División, asumen con entereza el sacrificio personal en beneficio del colectivo

Manuel Borrego

Nauzet Alemán y Momo Figueroa -cronológicamente en orden inverso- son los dos refuerzos repescados por la UD Las Palmas en el último año que han cruzado la frontera en un ascenso a Primera División. Y ambos lo hicieron en etapa en la que eran futbolistas emigrantes, asumiendo batutas respectivamente en el Valladolid la pasada temporada y en Xerez en 2009-10, incluso en 2011-12 en el caso de Momo cuando era integrante de la plantilla del Real Betis Balompié. Regresaron a Gran Canaria con aroma de estrellas, pero en plena travesía se han enfundado el casco de obrero asumiendo papeles quizá no previstos pero que ellos mismos interpretan con una sonrisa y el hombro siempre dispuesto para empujar por el equipo.

Dos jugadores con tanto talento como Nauzet y Momo asumen con entereza el sacrificio del lucimiento personal en busca del beneficio colectivo. Nauzet, acostumbrado a la asistencia y al gol brillante, se vacía en el campo en el robo de balón y en la búsqueda de pases originales. Momo, una zurda con magia que encandiló en otras campañas, le imita, cubre parcelas y desdobla en la banda derecha al lateral de zona, agotando el combustible en más ocasiones para ayudar a la contención que para construir. Todo vale si el equipo gana; y si el equipo gana, todo vale.

Nauzet destaca en la estadística por ser el jugador más tarjeteado de la plantilla grancanaria en las 16 primeras jornadas (siete amarillas): llegó la hora de combatir. Momo reduce a un gol, tres asistencias e, incluso, una expulsión su concurso que ha remontado también en las últimas jornadas. Nauzet se aleja de la portería, de una posición de llegador, para escoltar al pivote defensivo (ahora Hernán) y servir balones para otros que tienen luz propia en el área visitante. Momo se ausenta de su lugar natural por la izquierda y se esfuerza en perfilar las jugadas con la diestra. El uno y el otro emocionan a sus compañeros con tan loables ejemplos.

Nauzet lo explicó esta semana: "competir es luchar, defender y marcar goles". No se puede ser más preciso al dibujar con exactitud la radiografía de un buen equipo de la Segunda División que, para ello, necesita obreros dispuestos a ser estrellas y jugadores estelares con mentalidad de hormigas. Ese es otro de los méritos invisibles que se puede atribuir al entrenador Sergio Lobera: Todos satisfechos en una cama de fakir.

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