El galo resta valor a su sequía realizadora porque "el equipo gana", mientras no descarta seguir de amarillo "si logramos el ascenso: ¿quién sabe?"
M.B.
Thievy Guivane tiene una sonrisa que, como él mismo en el campo de juego, no conoce redil. "Estoy cabreado", dijo enseñando dientes, "pero me siento feliz porque el equipo va bien. Siempre pienso primero en el colectivo". Expresaba así el francés sus sensaciones este lunes, después del primer entrenamiento semanal y tras cubrir 768 de sequía realizadora personal en los nueve últimos encuentros de Liga. "Estaría realmente preocupado si no ganáramos los partidos. Pero no es así. Me está costando jugar como delantero, como killer (en alusión a su posición actual como ariete amarillo). Intentaré que esta racha de no marcar se acabe para poder ayudar al equipo".
"TENEMOS UN VESTUARIO FABULOSO"
Sus manifestaciones y gestos contagian a las personas que escuchan al joven internacional sub'21 galo, que en cada respuesta exhibe la felicidad que ha encontrado en Gran Canaria. "Mi futuro, ¿Quién sabe?. No descarto nada", dijo. "Busco progresar en lo deportivo y aquí, en Las Palmas, estoy a plena progresión. Siempre tengo objetivos personales que afrontar. Y si subimos, qué más ..." anunció al desvelar que no descarta la posibilidad de continuar de amarillo. "Tenemos un vestuario fabuloso en Las Palmas", comentó con orgullo.
Porque además, su desconexión con el club de origen, el Espanyol, parece prácticamente absoluta. "No me preocupa; no le doy importancia", dijo al ser cuestionado por los cambios habidos en el banquillo del club periquito, tras la destitución del hombre que no confiaba en él: Mauricio Pochettino. "Hablo con mis compañeros, pero no con miembros del equipo técnico", mencionó más tarde alejándose con sus manifestaciones de un vínculo inmediato con el club que tiene sus derechos federativos hasta junio de 2014.
Ahora piensa Thievy, como el resto de los amarillos, en el encuentro de Copa frente a un Betis del que observa que "tiene jugadores buenísimos, como Rubén. Sentí un poco de envidia al ver al público (del Villamarín, frente al Barcelona). Es una pasada. Podemos hacer lo mismo aquí", mencionó. "La Copa la vamos a afrontar como si fuera una final. Igual que estamos haciendo con los partidos de la Liga".
Thievy sigue sonriendo ... mientras señala que ahora acude al vestuario bajo amenaza de ser objeto de la broma de intercambio. "Pignol quiere cortarme el pelo", desveló. Es la vendetta por el baño de champú que él realizó a su compatriota en el transcurso de una rueda de prensa. El ambiente que muestran los galos de la UD ilustra la sana convivencia de una plantilla que vive en diciembre su propio Nirvana.