La rapidez de Thievy modifica el tradicional concepto pausado que se tenía sobre la UD Las Palmas; ahora es el ataque más veloz de la Segunda División española
Manuel Borrego
En el banquillo de la SD Huesca los suplentes aragoneses se levantan y miran al entrenador (ahora cesado) Antonio Calderón. "Es imposible pararle", decían encogiendo hombros y frunciendo el ceño. No comprendían la manera de cortar la aceleración de cero a cien de Thievy Guivane, el delantero diferente en la Liga de Segunda División. Padecían también en sus carnes el abordaje de la UD Las Palmas en sus acciones de contra, un equipo que modifica con grandes pinceladas muchos conceptos de su juego tradicional, aquel hiriente de los 'aplatanaos'.
Porque el conjunto tradicionalmente pausado de la Liga pasa a ser el que tiene veloces piezas de ataque. Lo han venido repitiendo técnicos de las distintas formaciones a las que se enfrentó la UD Las Palmas y este mismo sábado también lo reiteró Sergi Barjuán, quien fuera un rápido lateral en su etapa de futbolista. Pero no tanto como el galo cedido por el Espanyol a la UD, que es sin duda una de las sensaciones del actual campeonato. "No estaba previsto en un comienzo que jugáramos así", confesaba Momo días pasados. "Pero hemos descubierto esta virtud y el equipo se ajusta a jugar al contragolpe. Este sistema nos va bien a la plantilla".
Leyó sus palabras el mismo Pepe Mel, que fuera técnico de Momo hasta diciembre de 2011. Construyó en torno a Guivane un cerco plagado de rápidos y ordenados zagueros béticos, porque no se le podía permitir que galopara en dirección hacia el portero Casto. Logró el Betis reducir al ostracismo a Thievy durante más de una hora ... pero en la única ocasión en que el francés logró superar (en velocidad, claro) a los hombres de la última línea, llegó el gol amarillo que da vida en la Copa a la UD Las Palmas.
Con él todo está modificándose en el modo de juego grancanario. Corren también Vitolo (explosivo, potente y también veloz), Chrisantus (resistente y poderoso con ambas piernas), ... no dejan de hacerlo Momo y Nauzet Alemán, que siempre buscan atajos conocidos por sus años de oficio. Y, ¿cómo no? también lo hace un incansable Javi Guerrero. Las Palmas es ahora un conjunto cuya virtud nada tiene que ver con la de sus años dorados; se moderniza y atiza a sus rivales en esta racha extraordinaria que ya dura doce encuentros oficiales.
Cuando Thievy corre algo está a punto de suceder: El defensa calcula mal, un portero se ve forzado a tocar con la mano fuera del área, otro sale a tapar el último intento, hay un rechace o un pase de gol a un compañero, un disparo, ... Faltan sus goles; porque el día que su producción propia sea proporcional a las ocasiones que genera su valor en el mercado se disparará. La palabra peligro se ha asociado a él y Las Palmas saca provecho. Es el delantero de un cambio que no sólo se genera en el club que le patrocina sino en los temores adversarios.
Y si al galo no le falta el combustible, tampoco le fallará al equipo que en mayo tiene que hacer bueno lo logrado hasta diciembre.