De esta guisa abandonaba Thievy Guivane este martes el entrenamiento de Barranco Seco. Lo hacía antes que sus compañeros porque una gastroenteritis pudo frenar a la gacela gala. La botella, para evitar la deshidratación, la llevaba bajo el brazo. El jugador comienza así la semana mientras su compañero Hernán Santana acudía al Hospital Perpetuo Socorro para conocer los resultados de la resonancia magnética. El jugador sufrió un golpe en la rodilla derecha durante el partido disputado en Huelva el pasado domingo.
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