Ale Rivero, el epicentro de un campeón de invierno
20/12/2012

"Hernán es un camino a seguir" afirma el jugador que cogió su testigo y que ahora colabora en el filial "a construir nuestro propio fortín"

T.A.

El crecimiento futbolístico esta temporada de Ale Rivero (5 de febrero de 1992) es muy notable. La marcha de Hernán Santana a la primera plantilla le facilitó una plaza en el once titular dentro de la segunda plataforma de la UD Las Palmas, ocupándola con autoridad veterana. "Este año he aprendido mucho al lado de Omar Fleitas. He comprendido mejor cuáles son mis virtudes y cuáles mis limitaciones. Por eso considero que mi juego es más eficiente. Se siento muy contento a nivel personal y por supuesto a nivel colectivo por el desarrollo de la campaña. Es como la había soñado; objetivo tras objetivo".

Ale debutó en Las Palmas Atlético hace dos temporadas pero su verdadera eclosión se ha producido en el vigente ejercicio, donde su nombre está siempre entre los que se recita de carrerilla y con los ojos cerrados. No ocurrirá este domingo sin embargo, frente al San Isidro, porque alcanzó turno de sanción por acumulación de amonestaciones. "El lograr el primer puesto en la clasificación de la primera vuelta es producto del buen trabajo general que se hace en el equipo. La clave es la ambición de todos los jugadores, uno por uno, coordinada. Nos sentimos fuertes, capaces de mantener el primer puesto hasta la liguilla donde esperamos también lograr el siguiente objetivo. Pero no debemos asimilar prisas, sólo paso a paso".

"Entre todos hemos creado un fortín en el filial; los resultados no son fruto del azar"

Rivero es el epicentro de este campeón de invierno, el equipo que ha comandado la división más numerosa de la élite española. "Mi misión en el campo es la presión, recuperar el balón lo antes posible y entregarlo en el primer pase. Las ideas las tengo muy claras, contando con mis compañeros por supuesto. Al margen de los defensas, Omar es un jugador con un desplazamiento de balón muy bueno y transmite tranquilidad al resto. Es un jugador muy importante para nosotros. Y Néstor, por delante, es muy creativo; está cuajando una temporada excelente, da brillo al filial. Con ellos es fácil sentirse bien en el campo. Entre todos, porque no olvido las ayudas de los demás compañeros, hemos creado en el filial nuestro propio fortín que nos está dando muchos resultados positivos. Nada es fruto del azar".

El pivote grancanario tiene varios iconos profesionales que pueden iluminar su propio camino. "Desde siempre me ha gustado el británico Steven Gerard, porque es muy completo en todos los aspectos tanto en el plano ofensivo y defensivo. Cubre muchos espacios en el campo. Por supuesto, Xavi, Iniesta o Busquets ... y en Las Palmas, Javi Castellano, que me parece un jugador con muchas cualidades para imitar". No pasa por alto al hombre al que ha precedido en el filial: "Hernán para nosotros también es un referente. Verle en el primer equipo nos transmite ilusión a los que hemos sido sus compañeros, porque sabemos que ese mismo camino lo podemos recorrer también. Le felicito porque su temporada es estupenda; Hernán es como le vemos en el primer equipo".

Esta semana el centro de los comentarios en los vestuarios del Anexo es el central Carlos Gutiérrez. "Se lo merece", apunta Rivero al observar la evolución de su compañero ahora integrado a los entrenamientos del conjunto profesional. "Su campaña, como también la de Jesús, es muy completa. Carlos ha demostrado muchas cualidades deportivas y también que tiene los pies en la tierra".

Rivero espera su oportunidad, si bien hace dos veranos fue uno de los nueve jugadores de filiales elegido para realizar la pretemporada a las órdenes de Juan Manuel Rodríguez. "Ahora soy un futbolista más consistente que entonces", argumenta. "No fue para mí decepción alguna el quedarme sin repetir el stage. Cada cosa tiene su momento. Aquello me ayudó a ser mejor jugador y a comprender que tenía que recorrer mucho para llegar primero hasta el filial. Ese paso ya lo hemos dado y ahora pensamos en el siguiente".

Ale, aquel niño que un día se lanzó al césped del Estadio Insularpara disfrutar de un ascenso en amarillo, sigue navegando en su propio sueño. "Me queda mucho, pero cada día menos", indica con la esperanza de que alguna vez le tocará a él observar desde el campo la ilusión de otros infantes.

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