El portero grancanario tuvo una actuación notable y evitó el empate del Racing con un guantazo a disparo de Juanmi
T.A.
Está y se le espera. Ha sido largo el calvario de Raúl Lizoain en estos seis primeros meses de la temporada. Pero ya no cabe incógnitas sobre él. Su actuación frente al Racing fue impecable. Y además ejerció como portero de equipo bueno: apareció lo justo para evitar un desastre. El meta grancanario firmó una parada de las de época a disparo cercano de Juanmi, que buscaba con potencia y colocación las redes grancanarias. Pero el guante derecho del meta evitó el tanto. Y no dio opción a un segundo intento porque envió el balón a córner. Fue la única gran ocasión del equipo visitante pero tropezó con una pesadilla.
El salto de alegría de Raúl, para celebrar el gol de su compañero Vitolo (C. Torres)