Sobre estas líneas, Víctor García (este miércoles cumple años) e Israel González, ayudantes de Pedro Martínez, señalan sus participaciones en una fase final de la Copa del Rey. (C. Torres)

Juan Pedro Borrego

A todos nos gusta saber el resultado antes de empezar. Sin embargo, la duda sobre el final genera el obligado nerviosismo que motiva un aumento seguro de la adrenalina. En ese estado de motivación máxima se encuentra la plantilla del Herbalife Gran Canaria antes de partir hacia Álava. Allí, aparte del buen Rioja, la copa del deporte espera a los isleños por octava vez en su historial en el formato de fase final. Vitoria ya fue el escenario del debut isleño hace trece años en este magno evento que ha venido a señalarse como la cita anual más emocionante de Europa en el mundo del baloncesto.

La prudencia pone freno a la euforia. La una sin la otra convierten a los equipos en máquinas abocadas a la derrota. Por eso, la plantilla mezcla su ambicioso deseo de llegar a lo más alto con el mental planteamiento de respeto máximo al rival, en este caso el europeo Uxue Bilbao. El ejemplo de esa ilusión lo pone Jon Scheyer. "Siento que nuestra preparación está siendo muy buena. Estamos entrenando muy duro y creo que estaremos preparados", confiesa el base amarillo.

Y hacen bien los amarillos en pensar que el equipo de Fotis Katsikaris es un rival temible a pesar de que el historial de enfrentamientos entre ambos en la Liga ACB pueda ser ampliamente favorecedor a los grancanarios. Y es que el Bilbao es un club que ha ido en constante crecimiento tanto en el plano deportivo como administrativo. Eso no sólo se demuestra por hechos como el ser capaces de reemplazar casi con inmediatez absoluta la pérdida de un patrocinador principal; sino por la ascendente evolución de sus resultados en la cancha.

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En eso, el Gran Canaria ha sido un testigo directo y una víctima de la progresión vizcaína. Desde que en abril de 2005 ambos equipos se midieran por primera vez con ventaja grancanaria por 25 puntos (83-58), y hasta el partido de hace dos fines de semana en Bilbao, las diferencias no sólo se han ido reduciendo paulatinamente, sino que han llegado a invertirse. Desde ese año, se han medido los dos equipos en 18 ocasiones en la liga, con 13 triunfos para el Granca (9 en la isla y 4 en Bilbao); y cinco para los vascos (todos como anfitriones).

Así, aunque el Gran Canaria había obtenido cada temporada un balance final positivo en el cómputo de los dos encuentros jugados en la Liga ACB desde entonces, en la presente, el Bilbao ha logrado darle la vuelta a eso. A pesar de la victoria insular en la primera vuelta por 6 puntos, en Bilbao cayeron los amarillos por 11; lo que significa que por primera vez en la historia, el equipo vizcaíno es mejor en el cómputo de los dos encuentros.

Aún así, el Granca sigue confiado de sus posibilidades. Tiene en Vitoria un oportunidad de devolver la ventaja histórica al club insular. Por eso, el optimismo es máximo y se refleja en los rostros y acciones de cada uno de los jugadores que Pedro Martínez desplazará hasta Vitoria. Así se refleja en las palabras de Brad Newley, quien considera que "los últimos entrenamientos han tenido un nivel muy alto. Nos hemos estado pegando mucho. Hemos trabajado muy duro en defensa, en los rebotes ofensivos, y haciendo las jugadas. Estamos listos".