La presentadora de La Gala de entrega de los Premios Goya, Eva Hache, al realizar referencia en tono de humor ácido, a Iñaki Urdargarin; comentó el "daño que el balonmano venía haciendo a La Familia Real" por los incidentes de todos conocidos ante la imputación del ex-jugador del C.F. Barcelona y de La Selección Española, en cuanto a presuntos delitos de índole económica.

Broma de muy mal gusto como poco, al culpabilizar al balonmano de actos que haya podido cometer el que fuera exitoso jugador de nuestro deporte al conseguir relieve nacional, no por esta circunstancia, sino por casarse con una Princesa de España.

El comentario "humorístico" de la presentadora, podría ser comparable con culpar al atletismo del asesinato de la modelo Reeva Steenkamp, supuestamente, por su pareja sentimental, el famoso atleta Óscar Pistorius.

Con estas líneas, no es mi deseo entrar en el análisis de estos casos concretos. Simplemente pero tácitamente deseó afirmar que al deporte por sí mismo no se le puede estigmatizar de acciones realizadas por quienes lo hayan practicado o dirigido.

Los casos más reiterados en la historia reciente del ciclismo sobre fraude y engaño para obtener ventaja ilegal y desleal en el objetivo de conseguir victorias. Me pregunto si se puede culpabilizar a este deporte por las malas prácticas de aquellos que de manera fraudulenta lo consiguieron. Es acaso el ciclismo culpable o sencillamente, como yo pienso, el primer perjudicado por la actitud de todos esos presuntos farsantes.

Afirmo que por desgracia, el balonmano, el atletismo, el ciclismo o cualquier deporte; no sólo no son culpables, sino víctimas impávidas de una publicidad nefasta, inconsciente y gratuita, como ha sido el desacertado comentario -de chiste fácil- de la presentadora de La Gala de Los Goya.