El sacrificio de Pignol al jugar con una fisura en el pie muestra los hilos secretos que hacen más solidario el comportamiento del candidato UD Las Palmas
Manuel Borrego
"El entrenador ha de lograr emocionar al futbolista con su profesión (...) Ha de conseguir que sean cómplices de su propia tarea". Las dos frases son del técnico que ha llevado a la selección española al título Mundial en 2010. Las pronunció Vicente Del Bosque en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, con motivo de su interesante charla para desnudar al técnico idílico del deporte profesional. Porque una de las obsesiones de todos los grupos deportivos de la RFEF es cohesionar plantillas solidarias, nutrirlas de miembros que no rompan la armonía si anteponen intereses personales a los colectivos. La salud por dentro, en suma, de los equipos está en el ambiente que se genere, sin divisiones.
Mucho de ello se aprecia en el actual proyecto de la UD Las Palmas. Sergio Lobera descubrió este viernes el sacrificio concreto de Stephane Pignol. Se guardaba como secreto de alto estado la fisura que sufría el galo en un dedo del pie. En estas difíciles condiciones, el treintañero colaboró en las victorias frente al Almería y contra el Castilla, marcando a hombres veloces sin que se apreciara tan importante lesión en su concurso. Sin embargo, este fin de semana ha tenido que hacer alto porque las complicaciones han ido en aumento y no receso.
La solidaridad de Pignol, metido hasta el fondo en la propuesta de ascenso grancanaria, no tiene precio para sus compañeros. Pero no es el único integrante de la plantilla que suma sin hacer ruido. Posiblemente el caso más importante lo aporte otro de su quinta: Pedro Vega. Ocho minutos (frente al Lugo en la primera vuelta) presenta el expediente personal del sanmateíno durante la vigente Liga. Ocho minutos y una convocatoria más, frente al Racing en la primera vuelta. Pedro Vega es el primero en esforzarse en los entrenamientos y el que rompe lanzas en público para defender la figura de Sergio Lobera. Su gesto más apreciable se produjo tras la derrota en Valdebebas. Lobera reunió a sus futbolistas en un corner de Barranco Seco en la primera jornada de trabajo tras aquella pérdida que pudo cerrar su ciclo en la isla. Y fue Vega, en su condición de capitán, el que primero habló a sus compañeros para poner los pies en la tierra y poner cimientos a la remontada.
No queda atrás Javi Guerrero. Ahora hombre de banquillo, después de que en la primera vuelta cinco goles suyos consecutivos en la Liga (Sabadell, Guadalajara, Ponferradina, Hércules y Xerez) evitaran la caída del entrenador. Guerrero ha tenido apariciones y desapariciones en los onces del equipo, pero en su diccionario se subraya la palabra sacrificio y disciplina. Estará cuando se le necesite. De la misma escuela, Enrique Corrales. Y con dificultades para salir de sus incómodas lesiones, tratando de no pasar por el quirófano, David García. El capitán de Maspalomas acumula siete jornadas sin jugar pero ya apunta para reaparecer en el tramo final de la competición donde se guisarán los garbanzos.
David González, que ha vivido de todo desde su debut en la era Uribe, tiene un papel de reparto en la actualidad. Le han condicionado sus tres fechas lesionados pero no se ausenta de la posibilidad de echar un cabo cuando se requiera. Cinco partidos, 197 minutos y siete convocatorias sintetizan su aportación en 2012-13.
El ejemplo más cercano en el tiempo de esta complicidad invisible podría ser el camerunés Tim Atouba, porque su veteranía o su condición de ilustre internacional con su país no le han condicionado para asumir suplencias o presencia en la grada. De amarillo se le ha visto 80 minutos para cuidar al ilicitano Xumetra, en un día complicado para Las Palmas. Con su labor diaria deja entrever el respeto que presenta al titular del lateral izquierdo, Dani Castellano, que ha de esmerarse día a día porque un león indomable está al acecho.
Este cóctel en donde se conjuga el respeto y sacrificio hace más fuerte al candidato UD Las Palmas, que va a necesitar la máxima entrega de todos, sin deserciones, en su intento de colmar un objetivo que está en espera durante once largas temporadas.