La confianza crece y se hace adulta. Las proporciones del equipo ya se aproximan muchísimo al aspirante al ascenso que se había soñado en la vigente temporada: seguro en defensa, combativo en la pelea, original e imaginativo en ataque. Pieza a pieza, línea a línea, la mejor UD Las Palmas de los últimos años ha aparecido en este tramo final del campeonato 2012-13. Es una idea de fútbol llevada a sus últimas consecuencias; todos a una, además.

Esta oportunidad ha de aprovecharse, no puede pasar de largo. Hay temibles rivales en torno a la Osa Mayor de la Segunda División A, pero el aire que empuja a la plantilla de Sergio Lobera es muy potente y va en dirección correcta. Tres victorias consecutivas y el hambre de éxito no cesa. Sale todo: Barbosa pone la pierna en el sitio donde Aníbal trataba de sorprenderle, Thievy decora sus acciones con sombrerazo ante los rivales, a Tato le da tiempo para pensar y colocar el balón en la escuadra, Vitolo calcula con exactitud el mal cálculo de Tortolero que deja al Sabadell con uno menos, ... pero nada es factible sin el vaciado del depósito jornada a jornada.

Todo cuadra en este proyecto. Incluso las matemáticas, que aún indican que la temporada para Las Palmas puede acabar en once partidos con un éxito, sin necesidad de llegar a los quince encuentros. Está el alcance el tren de la Primera División. Sólo queda una pieza del puzzle por encajar en las gradas del Gran Canaria. Porque allí se ganan partidos y quedan al menos cinco finales. Este fin de semana, ante el Guadalajara, se completará el círculo.