M.B.

Nauzet Alemán nos enseña un horizonte radiante para las jornadas finales de la UD Las Palmas. "Todos los componente de la plantilla estamos de acuerdo: cualquier objetivo es posible -en alusión al ascenso directo-, pero no queremos pensar más allá del Hércules". El centrocampista grancanario siente que la dinámica en la que ha entrado el conjunto amarillo es la que desemboca en el éxito. Algo de ello se percibe en resultados como el obtenido ante la Ponferradina: "Antes nos tiraban una vez y nos hacían dos goles; ahora nos crean cinco ocasiones y no entran. Eso es fruto del trabajo", matizó después de valorar algunos lances del encuentro en El Toralín, sellado con el tanto de Thievy (0-1).

El centrocampista no ve problemas para que pueda mantenerse en el once titular frente al Hércules, el próximo fin de semana. Reconoce que "siento molestias en el pubis, que venía ya arrastrando de otras jornadas. El campo de juego estaba duro". Este lunes Nauzet no se entrenó con sus compañeros en la sesión vespertina realizada en el Estadio de Gran Canaria. Está en manos de los recuperadores del club para mantener su puesto de combate frente al cuadro alicantino.

Disfrutó desde el banquillo el momento cumbre de pasado fin de semana: "La alegría que nos proporcionó el gol de Thievy fue enorme. Lo celebramos como locos porque el tanto llegó en aquel momento. Ni siquiera nos dimos cuenta en primer lugar que el balón había entrado", reconoce. "Que Las Palmas marque goles en los últimos minutos de los partidos también es fruto del trabajo físico que hemos venido realizando. Somos un equipo peligroso hasta la última jugada".

EL CACHETÓN DEL GUADALAJARA

Nauzet lleva marcado a fuego el 0-1 del Guadalajara, resultado del que ya la pasada semana se mostró crítico por sus antecedentes. "El Guadalajara nos dio un cachetón sin manos aquel día", puntualizó. "Y ahora viene el Hércules, que se juega la vida. Debemos saber separar las cosas durante la semana, para no cometer el mismo error, saber lo que tenemos que hacer y aislarnos" del ambiente eufórico. Porque "tenemos que ganar el partido como sea", valora.

Un año después él mismo está inmerso en idéntico propósito profesional: fue uno de los artífices del ascenso a Primera con el Valladolid. Observa la evolución de la temporada y el cambio de comportamiento de los amarillos. Por ello asiente sobre la madurez de la plantilla y "la implicación de cada uno de los jugadores que tenemos en el grupo. Hemos cambiado. Este mismo partido ante la Ponferradina, en otro momento de la temporada, lo habríamos perdido", sentenció.