Considera que el Guadalajara desprecia el reglamento y obra de mala fe en su deliberado incumplimiento
Manuel Borrego
El recurso de la UD Las Palmas ante el Comité de Apelación de la RFEF deja en un laberinto al emitido por el de Competición el pasado 5 de abril. Porque sustenta su argumentario la entidad grancanaria en que, de manera sorprendente, el fallo de Competición recoge en sí mismo la admisión de que los tres jugadores denunciados del CD Guadalajara (Barral, Ñíguez y Cristian Fernández) actuaron en el Estadio de Gran Canaria incumpliendo la reglamentación de la RFEF, al hacerlo con licencia amateur cuando les correspondía disponer de un DNI deportivo profesional. Desde este punto se inician las alegaciones ante Apelación sin que para Pío XII suponga amparo la existencia o no del convenio entre la Liga Profesional y la propia Federación suscrito el 19 de junio de 2012.
Distingue Las Palmas que los tres futbolistas alcarreños iniciaron la competición correctamente inscritos, en tiempo y forma, pero el desarrollo del campeonato y su participación en él les generó la situación antirreglamentaria a sus licencias amateurs, al haber superado Barral, Ñíguez y Cristian Fernández de manera notoria los diez partidos de plazo que obligaban al cambio de status deportivo de todos ellos. La frontera se rebasó en los meses de octubre y noviembre de 2012. Las Palmas encuentra contradictorios los criterios del primer comité de la RFEF al entender que existían argumentos competicionales en el mantenimiento de las licencias 'a'; cuando debieron imperar los requisitos reglamentarios para que las licencias del trío del Guadalajara se utilizaran de manera correcta en el encuentro denunciado por la UD Las Palmas.
CUMPLIR Y HACER CUMPLIR EL REGLAMENTO
Las Palmas entiende en su recurso, documentado en 27 folios, que el fallo de Competición es farragoso y controvertido, no guardando lealtad al articulado de los reglamentos de la RFEF. El club grancanario considera los hechos ocurridos como "muy graves", a la vez que resalta a la Federación no puede vulnerar sus propios Estatutos, donde se obliga -entre otros- a cumplir y a hacer cumplir la reglamentación propia. No entiende, pues, que la decisión unilateral del Guadalajara a no seguir al pie de la letra el Reglamento de competición en su apartado 122.2 encuentre amparo en la propia resolución del Comité de Competición, pues guarda la RFEF la pretensión de dar carácter transitorio al reglamento con la aplicación de un convenio entre Liga y Federación.
Las Palmas se esmera en desarmar punto a punto el argumentario de Competición y, en consecuencia, la defensa del Guadalajara a la demanda de alineación indebida, tras dejar acreditado que Barral, Ñíguez y Cristian Fernández alcanzaron el encuentro frente a los amarillos con 26, 30 y 31 encuentros disputados con licencia amateur, siendo conscientes de la vulneración del reglamento en su articulado sobre el obligado cambio de status. El club grancanario afirma que el incumplimiento del reglamento por parte del club alcarreño es deliberado, como lo demuestra el hecho de que los tres jugadores fueron nuevamente alineados frente al Córdoba y Sporting en las dos jornadas posteriores a la denuncia.
DESPRECIO AL REGLAMENTO Y MALA FE
La Unión Deportiva considera que estos hechos demuestran un desprecio al propio Reglamento y subraya la existencia de mala fe en el hecho de su deliberado incumplimiento por parte del Guadalajara. De igual modo, pide a la Federación que la supuesta transitoriedad del convenio (en el que se respaldan los argumentos alcarreños) no puede supeditar los efectos del reglamento en su apartado 122.2 (obligación de cambio de licencias a profesionales a partir de los diez encuentros disputados).
La voluntad de la UD Las Palmas es llevar sus reclamaciones hasta las últimas consecuencias. La petición ante Apelación es la misma: anular el resultado del encuentro disputado el 30 de marzo y convertirlo en un 3-0 a favor del equipo local, así como solicitar la multa accesoria al CD Guadalajara por su dolosa decisión de alinear a jugadores que no tengan licencia ordenada.
Pasadas dos jornadas de los hechos, la UD Las Palmas sigue en solitario en la cruzada al no incorporarse más clubes a estas reclamaciones a pesar de que algunas entidades de la categoría han regularizado sus licencias ante posibles reclamaciones o ante la posibilidad de reclamar. Las ocho últimas jornadas del campeonato, con tantos intereses en juego, pueden descubrir aliados a la justa causa a la sombra de un reglamento que se ha de cumplir a rajatabla, en pos de una competición leal e igual.