Manuel Borrego

Este miércoles, 5 de junio de 2013, cierra sus puertas el centenario estadio de San Mamés en espera de volver a abrir las del nuevo moderno recinto que nace a su espalda. Es el escenario donde en 44 ocasiones acudió la UD Las Palmas a disputar encuentros oficiales, tanto con el Athletic Club en Liga y Copa, como con el filial Bilbao Athletic, en ambas competiciones también. En una oportunidad más, sin embargo, Las Palmas visitó al Athletic en Mendizorroza por cierre federativo de la instalación original: Copa, 1993-94, con victoria 3-1 para los leones ante los amarillos precisamente dirigidos por Iñaki Sáez.

Las Palmas vivió allí tardes angustiosas, como pudieron ser sus dos primeros naufragios en la Liga, con goleadas de estrépito que aún se conservan en la estadística negra del club sexagenario y que quedan tras el 10-1 frente al Real Madrid (1958-59) y el 9-0 con el Atlético de Madrid (1957-58). Y también cuatro días de gloria, con importantes y resonados triunfos que en algunos casos tuvieron un factor común: las gradas de La Catedral se pusieron en pie para ovacionar a los jugadores canarios.

PAÑUELOS PARA GERMÁN DÉVORA

Germán Dévora vivió a título individual una situación mágica contra el Athletic. Lo recuerda para Tinta Amarilla: "Fue en la Copa, perdíamos 2-0 y remontamos. Yo marqué un gol en el que tuve que hacer unos regates encadenados y acabar la jugada con un potente disparo al que no pudo responder Iríbar. Mi alegría por el tanto fue mayor cuando comprobé que todo el Estadio se había puesto en pie ovacionándome y con pañuelos blancos en todas las tribunas. Nunca viví una situación así y siempre he agradecido ese gesto de nobleza de aquella afición que valoró la jugada del adversario más que el resultado del momento. Aquella sensación fue indescriptible".

Esa era la magia de San Mamés que el Maestro pudo saborear en primera persona porque "en aquel momento Las Palmas hacía un fútbol muy bonito que gustaba. La afición del Athletic fue siempre señorial, sabía saborear también las virtudes de nuestro juego", apunta. Visitar ese estadio "siempre fue un lujo para la Unión Deportiva y fue el escenario de los grandes equipos del país donde hicimos partidos muy importantes, quizá los mejores. Al margen de ello, como campo de fútbol era extraordinario, nos ilusionaba visitar".

Ese comportamiento lo vivió Las Palmas en distintas etapas, la última de ellas con motivo del 0-3 de 2000-01 a las órdenes de Sergio Kresic. Otra tarde de tiqui taca donde la Primera División descubrió a Orlando Suárez.

Del servicio de documentación de Tinta Amarilla extraemos esos encuentros disputados en San Mamés, con los goleadores de la UD Las Palmas correspondientes:

* Partido correspondiente al play off de Primera de aquella temporada.

Páez: "Debuté en La Cadetral y marqué un gol increíble"

La vida deportiva de Federico Páez está asociada al Athletic de Bilbao y a San Mamés. Debutó y se despidió "siempre en Primera" contra las camisetas rojiblancas y "el día de mi estreno marqué un gol increíble en la Catedral. Me adelantó aquella tarde Tonono que me preparara para jugar porque no habían llegado los papeles de Adolfo Soto, el argentino. Y por ello Sinibaldi me colocó en el once titular frente al Athletic. Ganamos 1-2 y yo anoté el segundo".

Su gol fue de la siguiente manera: "Me llegó el balón al borde del área y sin pensarlo lo golpeé fuerte, casi con la canilla. El balón viajó raso hasta la portería, cruzado al otro poste. Fue un triunfo increíble. El Estadio estaba impresionante aquella. Yo, que venía del Aficionado, no había visto un campo así, tan lleno y con todo el mundo animando a su equipo. Me sentí un privilegiado empezar así mi etapa en la UD Las Palmas, cuando en aquel momento yo era delantero".

Años después, Iríbar le dijo a Páez que "estaba dormido" en esa jugada. "Él también se acordaba de ese gol que, para mí, es un tesoro futbolístico personal".

Pero es que, además, la firma de Páez también estuvo en otro triunfo amarillo, 1-3, años después. "Marqué entonces a Aguirreoa un gol de cabeza, desde el borde del área. Hizo una parábola muy bonita. El público fue respetuoso con nosotros en todos los partidos que allí estuvimos".

El recuerdo de una gran jugada

La figura de José Manuel León en una fotografía de San Mamés es de las más admiradas en la sala vip del Estadio de Gran Canaria, dentro de la colección seleccionada por el consejero historiador del club, Antonio de Armas. León quiebra a Iríbar en su salida, estirado en horizontal sin alcanzar al delantero ni al balón: "Fue el día que ganamos 0-1, con gol de Gilberto I. El campo estaba muy embarrado, como a veces ocurría allí. El portero salió y opté por llevarme el balón hacia un costado. Me quedé sin ángulo para disparar y el centro posterior no encontró remate. Salió una gran fotografía sin embargo".

Mamé también tiene recuerdos gratos de aquella afición, de la que nos aporta una anécdota curiosa. "En uno de las esquinas del campo siempre se sentaba una señora que tenía por costumbre regalar un caramelo a los jugadores que allí acudían a centrar el balón tras un corner. La vimos durante algunos años. Al acercarnos a su posición ella siempre alargaba la mano y entregaba uno; se convirtió en un ritual. Recuerdo que me guardaba tres o cuatro caramelos en el bolsillito del pantalón deportivo de la época en cada partido. Es una muestra de la amabilidad que siempre encontramos en aquel público, donde habían muchos admiradores del juego de la UD Las Palmas".