Juan Pedro Borrego

Si bien, el almacén de los sueños tiene una capacidad infinita, lo cierto es que cuando llega la hora de la verdad, para enfrentarse al camino hace falta un depósito de combustible mayor al que demostró tener el Gran Canaria en estos play offs. Desde el pistoletazo de salida de las series hacia la gloria el 23 de mayo en el Fernando Buesa Arena, el conjunto de Pedro Martínez jugó sin reparar en sus reservas. Lo dio todo, y eso se reflejó en sus extraordinarios registros defensivos. Sin embargo, con el paso de los partidos, el desgaste pasaba factura, y sus rivales se aprovecharon de ello. Al Baskonia no le fue suficiente su mayor profundidad de banquillo para superar las cada vez más menguadas reservas del Granca, pero para el Barça no fue inconveniente, y más si contó con decisiones desgastadores, para sellar con prontitud la eliminatoria a su favor.

El Granca dejó al Laboral Kutxa en 57, 67 (antes de la prórroga) y 66 puntos; y al Barcelona en 69, 77 y 84. La evolución en ascenso de los marcadores en contra del conjunto amarillo desvelan el tremendo esfuerzo que debían realizar los hombres de Pedro Martínez para mantener el cuello por encima del agua en las dos eliminatorias de play off. El propio entrenador lo reconocía al término del último partido de la temporada ante el Barcelona. Dolido por la forma de caer en la eliminatoria, Martínez comentó que el partido fue un "querer y no poder", porque su equipo "con esfuerzo" fue capaz de "estar en el partido"; pero que en la segunda parte, "nos hemos quedado sin gasolina". En ese momento, cuando "nos han faltado fuerza en las piernas, ellos han seguido metiendo y en el último cuarto no hemos tenido capacidad de volver al partido".

Martínez admite que "han habido jugadores que han tenido que hacer grandes esfuerzos; y cuando ocurre lo que pasó en el tercer cuarto, te faltan fuerzas para seguir luchando; mientras que al rival le da la confianza de verse ganador".

El Granca exprimió en el play off su mejor virtud en la temporada, la de la defensa, donde se reveló como el primer equipo de la Liga con un promedio de 71,06 puntos en contra, y precisamente seguido por el Barcelona, con 71,65. Fue, por tanto, un gran ejercicio de talento físico que cayó del lado del más grande; y tras el que, Martínez volvió a elogiar a sus jugadores, a la vez que reconoció las dificultades que volverán a tener este verano para renovar a mucho de ellos, "porque todos se han revalorado en esta temporada", que calificó como "histórica porque hemos acabado entre los cuatro primeros en las dos competiciones en las que hemos participado".