Juan Pedro Borrego
España se aleja un poco más de Europa con la renuncia del Gran Canaria de la Eurocopa. En la temporada pasada, el Lagun Aro, que en este año descendió de categoría, ya renunció a tomar parte en la misma competición; y el Blusens Monbus hizo lo propio con la Eurochallenge, la tercera competición europea. El de los amarillos, con 100 encuentros internacionales a la espalda, no es el único caso de renuncia sonada, por ser el cuarto clasificado de la Liga Endesa. Este año, el Virtus Roma ya renunció a participar en la Euroliga con un contrato B, pero en este caso por no poder cumplir con los requisitos de la competición como el que se refiere al del aforo de su pabellón.
La participación del Gran Canaria en la Eurocopa, sin embargo, sólo tiene razones económicas. Esta competición no cuenta con los privilegios que sí tienen la primera cita de la Unión europea de clubes de baloncesto. El secretismo en torno a los ingresos en la Euroliga es máximo. De lo poco que se asegura es que la competición paga 7.000 euros a los equipos por cada partido ganado. El resto son ingresos menos trasparentes que aseguran a equipos como el Unicaja, noveno clasificado de la Liga Endesa, mantener presupuestos de dos dígitos y seis ceros más.
Lo del caso del Unicaja es sangrante. El club malagueño sigue ostentando un privilegio muy criticado, el de la Licencia A con la Euroliga. Con el dinero que recibe tiene presupuestos millonarios, pero en los dos últimos años no ha logrado meterse en el play off por el título de la ACB, y en los últimos cinco sólo en tres ha sido mejor que el Gran Canaria en la clasificación final, duplicándole el presupuesto a los amarillos.
Sin embargo, en la Eurocup, para la que se había clasificado el Gran Canaria, no ofrece ninguna recompensa económica. Todos son gastos, y el club, que indicó que necesitaba cerca de los 100.000 euros para asegurar su participación, apenas recibe otra cosa que no sea la publicidad que genera para sus patrocinadores y para la Isla.
El Granca había logrado su undécima clasificación europea, desde que en la temporada 1999/2000 se inscribió en la Copa Korac para el curso siguiente. Desde entonces, al margen de esa competición, de la que no pasó de la eliminatoria previa, participó en cuatro ocasiones en la Copa ULEB, una en la Copa FIBA, y cuatro en la Eurocup. Entre todas ellas, alcanzó en la temporada 2011/12 su centena de partidos europeos. Pero, desde entonces, no ha podido disputar ninguno más; y parece, si las condiciones económicas no cambian en el futuro, que Europa se aleja cada día más.