2.000 euros para salvar vidas
23/07/2013

El jefe de los servicios médicos de filiales de UD Las Palmas promueve un curso para "todos los miembros de banquillo de nuestra cadena sepan manejar un desfibrilador"

Manuel Borrego

La noticia de la súbita muerte del joven Jair Clavijo (18 años), jugador peruano del Sporting de Cristal, ha vuelto a conmover a la opinión pública mundial. Un fallo cardiorrespiratorio a 2.700 metros de altitud en Cusco, mientras jugaba un encuentro, ha causado un gran impacto. En especial por las anotaciones que se recogen en el vídeo del suceso cuando el médico que estaba en la instalación (encuentro de jugadores Reservas frente al Garcilaso) descubre la ausencia de un desfibrilador que habría impedido el fatal desenlace del joven valor limeño.

Las imágenes son realmente dramáticas, con un procedimiento condicionado por la ausencia de una herramienta médica que ha salvado miles de vidas, entre ellas las del ex jugador amarillo Miguel García cuando militaba en la UD Salamanca. Este encuentro fatal se produjo entre equipos filiales, antesala del choque de Liga del campeonato Descentralizado de Perú entre ambos conjuntos profesionales. Obviamente resultó suspendido.

En filiales de UD Las Palmas, como en tantos otros equipos del país, este suceso impacta. "Puede ocurrir en cualquier momento, en cualquier lugar y a cualquier persona", comenta a Tinta Amarilla el doctor Víctor Pons. El jefe de los servicios médicos de la fábrica amarilla nos muestra uno de los dos desfibriladores móviles que posee el club para sus equipos de formación. Éste se encontraba en el estadio Anexo donde este martes se entrenaban varias plantillas formativas de la entidad.

"Este aparato está ya en todas partes. En Estados Unidos se exige incluso en lugares donde hay actos públicos que puedan parecer irrelevantes. Con unos 2.000 euros, porque es una pieza de las más caras, se puede salvar una vida. Pero ya existen en el mercado desfibriladores de menos valor, que son igual de útiles", comenta Pons.

Las precauciones entre los clubes y plantillas profesionales son abundantísimo. Pero no se descuida tampoco en filiales, como ha ocurrido sin embargo en Perú. "Antes de empezar la temporada es nuestra intención organizar un clinic para todos los miembros de banquillo de nuestro club. Es decir, entrenadores, preparadores físicos, fisioterapeutas y hasta delegados. Nunca está de más porque hay que saber responder ante situaciones como ésta. Tenemos la obligación de reciclar a nuestros jugadores y también actualizar". Ese acto se producirá previsiblemente en jornada sabatina y es similar al que el doctor Pons ofrece para los alumnos del Centro de Enseñanzas Técnicas de la UD Las Palmas.

El doctor Pons, a la izquierda, muestra cómo funciona uno de los desfibriladores móviles que utiliza filiales (C. Torres)

 

"Utilizar un desfibrilador es sencillo. Sólo hay que seguir los pasos que el propio aparato proporciona", argumenta Pons. "Además, el margen de maniobra es amplio y hasta un máximo de ocho minutos se puede actuar para salvar vidas, que es al fin y al cabo lo que importa".

La idea es clara: "donde exista un equipo de la Unión Deportiva entrenando habrá un desfibrilador y personal capacitado para utilizar".

Otra de las medidas preventivas la puso en práctica en 2012 (esta pasada temporada) la propia Federación Interinsular de Fútbol de Las Palmas, al entregar a todos los clubes de Tercera División desfibriladores semiautomáticos.


Así fue el fatal desenlace del peruano Jair Clavijo

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