T.A.

Ni siquiera en esta ocasión el General Invierno servirá como atenuante o agravante ante cualquier adversidad en Soria. La Liga sin coartadas comienza para la UD Las Palmas en su visita al Numancia, en Los Pajaritos. Un mes después de que comenzara la competición, con 2 puntos de 9 posibles y con todos los efectivos ya disponibles -salvo imponderables- se obliga a la aparición del candidato que viste de amarillo y azul, el equipo cuyas buenas vibraciones desaparecieron al concluir el encuentro de promoción en Almería.

Hasta ahora Las Palmas es una sombra, un garabato. En tres partidos apenas ha podido generar un par de ocasiones de gol y ha anotado dos tantos, casi al ciento por ciento de las ocasiones que fabricó. Este balance es paupérrimo para un proyecto de altura y requiere una inmediata reacción.

Lobera y sus jugadores tienen en sus manos la responsabilidad de reactivar una situación que no es la esperaba para las primeras etapas del campeonato. Quizá sea demasiado pronto para que aparezcan en escena los nuevos fichajes; o quizá no. Pero con los mimbres que se han desplazado a Soria (Liga) y Sabadell (Copa) el equipo ha de aportar los primeros datos de una reacción que se percibe como vital para que el crédito no siga en caída.

Las únicas bajas del choque son las del búlgaro Delev -con su selección-, la del capitán David García -por sanción- y la del centrocampista Hernán -recientemente operado-. A partir de ahí, con las nuevas incorporaciones y los entrenamientos a puerta cerrada, el nuevo dibujo del equipo es una incógnita. Pero en la cuarta jornada es requerido que el Plan B empiece a funcionar, sin demora.