M.B.
Apenas una combinación profunda e intencionada en cada partido de los disputados en la Liga, tres goles anotados -dos de ellos en jugadas a balón parado-, pocas acciones por las bandas, escasa presencia rematadora de los delanteros y sí mucha incertidumbre cuando le toca tomar la iniciativa en el juego. La posesión del cuero se ha convertido en estos compases del campeonato en un problema para la UD Las Palmas, que no encuentra el modelo futbolístico que le lleve a la zona alta de la clasificación. Parece una contradicción si se observa la plantilla que posee la Unión Deportiva, pero la realidad es que su fútbol está en fase muy primaria aún, lejos de lo pretendido cuando se ha trazado la confección de un equipo que, al menos, alcance las cotas de la pasada temporada.
"Nos ha faltado pausa en nuestro juego. No hemos dado más de cinco pases seguidos", confesaba Sergio Lobera al terminar el partido de Soria. Su análisis es una vez más certero y lo podría haber pronunciado también en los choques que precedieron al 1-1 de Los Pajaritos. El equipo que pretende construir un juego dominante en la competición sigue sin encontrarse a sí mismo; al contrario: Las Palmas padeció en exceso la carencia de ideas para ganar metros, como ya había ocurrido antes con Deportivo, Alavés y Eibar. Y en Soria se vio de nuevo desbordada por un rival con un ritmo futbolístico que tenía un punto más que los amarillos, con mejor criterio en la distribución y también fuerzas para presionar hasta el agobio cada vez que el balón trataba de traspasar la línea central de juego.
A estas alturas, el ataque grancanario ha dependido más del ímpetu de jugadores como Asdrúbal, que ha sido partícipe con su empuje en los dos últimos empates, que del fútbol combinativo, porque ha sido lento y previsible. El mes de competición conoce a una UD Las Palmas que corre tras sus rivales en el campo y en el marcador. Salvo los 21 minutos en que estuvo por delante en el electrónico de Mendizorroza, el resto de la joven Liga ha supuesto una ida tras los acontecimientos. Ese puede ser un factor más que favorezca la ansiedad o la ausencia de lucidez del equipo de Sergio Lobera, que aún no ha mostrado una porción del potencial teórico que atesora su plantilla.
"Hoy nos ha faltado manejo del balón, jugar con cabeza, estamos revolucionados en exceso, no tenemos llegada y verticalidad (...) Eché en falta personalidad para llevar el peso del partido con posesión del balón (...) Hay jugadores que se incorporan en breve y que nos van a ayudar a tener competitividad en la plantilla", reconocería el técnico aragonés tras el tercer punto del campeonato de un total de doce posibles.
Estos cambios en el once confirman que está aún en proceso evolutivo. Hay evidencias: sólo tres jugadores repitieron en las cuatro formaciones titulares del campeonato (Barbosa, Deivid y Valerón) y son los únicos ya que completan los 360 minutos de la Liga. Seis variaciones modificaron la cara del equipo de una semana a otra, sin que el resultado del triunfo apareciera en el signo del partido. Y tres futbolistas de los que configuran los refuerzos de esta temporada (Aranda, Apoño y Masoud) están aún por estrenarse y todo indica que no tardarán en hacerlo.
La UD se obliga a cambiar su estructura en la Liga, aunque la prioridad es la misma: primero el marcador, luego el juego.
Y el Numancia cogió un atajo para el 1-0
La jugada que empleó el CD Numancia para marcar el 1-0 este sábado parece no estar en la hoja de ruta de la UD Las Palmas, aunque es una herramienta clásica dentro de la Segunda División. El equipo soriano cogió el ataque de la calle central (imagen superior). Juanma envía un zurdazo desde el centro del campo por detrás de la última línea defensiva. Corren entre los centrales amarillo Natalio y Sergio Enrich, cada uno mirando el dorsal de su teórico defensor. Es este último quien caza en velocidad el balón, lo orienta hacia la portería, lo niega con su cuerpo al zaguero más próximo y bate a Barbosa. Un gol de libro para poner en ventaja a su equipo (TVAC)
