Manuel Borrego

El destino tiene este tipo de caprichos tan retorcidos. El mismo fin de semana, en un espacio de apenas de 18 horas, los dos equipos donde Pacuco Rosales hizo carrera en la Península se enfrentan a la UD Las Palmas y a su filial de Segunda División B. En orden cronológico: el Córdoba (donde dirigió su banquillo en la campaña 97-98) y el CD Tudelano (estuvo cedido por la entidad grancanaria como jugador en 1972).

"Tengo el corazón partío" confiesa a Tinta Amarilla, tras reparar en esa curiosa circunstancia que vivirá entre sábado y domingo. "En ambos clubes he dejado muy buenas amistades, que se han conservado a lo largo de los años. Sigo manteniendo contacto con ellos. Pero mi defecto es que soy amarillo hasta la médula. Sufriré muchísimo tanto el sábado como el domingo".

Pacuco, el hombre del ascenso de 1996, reconoce que su otra debilidad es el Real Zaragoza. Esa pasión nació en él "desde niño, cuando estaba aquella época de los cinco magníficos en el club aragonés. Iba al colegio junto a mis amigos de la época como Manolo Viera o Cebral, y en la maleta siempre llevaba un poster del Zaragoza. Siempre ha sido el segundo equipo de mis amores, aunque no sea capaz de ganarle a su sombra"... dice en tono irónico.

El fútbol le premió en una ocasión porque visitó la Romareda como entrenador del CD Maspalomas "para una eliminatoria de Copa que perdimos 4-0 y 0-4. Pero de aquella etapa conservo incluso una camiseta del equipo. Soy un hombre de fútbol, pero también tengo mis propias pasiones".

Y nada digamos cuando se trata de la UD Las Palmas, sin duda el club que más le ha hecho sufrir. "Ahora mismo es así. Tiene que ganar como sea al Córdoba. Pero el sábado se va a encontrar a un adversario que está muy fuerte, especialmente en lo colectivo y en lo moral. En los últimos años ha hecho buenos partidos aquí, aunque en la pasada temporada no fuera así".

Le sorprende que Las Palmas "no sea capaz de conservar una trayectoria en el campeonato. En apenas una semana le hemos visto muy bien en aspectos del juego frente al Girona y luego realmente mal contra el Lugo. En ese partido se notó que la batalla del centro del campo la perdía y, a raíz de ahí, el dominio y el partido".

Se fija Pacuco en que "para el entrenador es complicado hacer dos semanas la misma alineación, algo que no ha logrado. Como técnico estará deseando que las lesiones respeten más al grupo, que no afecten tanto en el once titular. Tiene una buena plantilla, en eso estoy de acuerdo, pero necesita que se convierta en un buen equipo. Eso sí lo ha logrado el Lugo, cuya plantilla tiene poco nombre, pero sí ha logrado trabajar con colectividad, con presión y buen juego de equipo. Esa es una de las claves que debe manejar Las Palmas. Y ha de hacerlo cuanto antes".

Córdoba, Tudelano, Las Palmas, ... Un fin de semana que en alguna parte estaba escrito en la vida de Rosales.