M.B.

La actitud que requiere un escudo como el de la UD Las Palmas ya reapareció parcialmente en el partido del pasado miércoles en Almería, donde el equipo de Sergio Lobera no ofreció un juego excelso pero cayó con honor en la Copa ante el rival que está un peldaño por encima y que había obtenido renta suficiente en la confrontación de ida. Ahora se reclama completar la semana de penitencia con la aptitud propia de un conjunto que sea capaz de devolver la esperanza a sus aficionados, alicaída desde la visita al eterno rival.

Casi de manera premonitoria, el color rosa es el que acompañará por primera vez a la UD Las Palmas en esta despedida del año en el campo del segundo clasificado, un rival que medirá la capacidad anímica y futbolística de la remontada que comentan jugadores y Sergio Lobera.

El entrenador reservó ante el Almería a jugadores que van a formar este domingo la columna vertebral de un bloque que afronta una prueba exigente. Porque el Recreativo de Sergi Barjuán, con un estilo elaborado a semejanza de la idea del propio Lobera, sí ha logrado poner en práctica la combinación de un ataque caracterizado por la posesión y de una manera de defender que provoca errores al contrario en base a la presión de las piezas onubenses.

Dos últimos retos se presentan en el partido para Las Palmas: puntuar al fin en la Liga sin Apoño, que termina ciclo de sanción precisamente en este partido, y responder al mismo nivel los noventa minutos de juego a un adversario que ha demostrado no ser casual su residencia tanto tiempo en posiciones de ascenso directo. Y lo hace ofreciendo el mejor ataque de la categoría, al presentar 34 goles a favor, casi el doble que los amarillos (18).

Los jugadores y Sergio Lobera ya expresaron esta semana que en este viaje se ha producido un cambio de ciclo. Y obras, son amores ...