Nanino: goles y Tenderete
24/12/2013

"Su crítica deportiva no hería a nadie" recuerda José Manuel León al cumplirse un cuarto de siglo de la desaparición de un grancanario universal

Manuel Borrego

Gran Canaria recuerda con devoción en estos días la figura de un hijo universal, Nanino Díaz Cutillas, a las puertas de alcanzar este 27 de diciembre el vigésimo quinto aniversario de su desaparición, con 51 años de edad. Nanino es un personaje que apenas requiere dibujarle, con un origen popular a través del deporte y un desarrollo posterior buscando las raíces del acervo cultural de Canarias cruzando varios senderos relacionados con el folclore.

"Yo empezaba en la natación cuando él ya era uno de los distinguidos de nuestro deporte", recuerda el olímpico Arturo Lang-Lenton. "Su hermano Jorge fue campeón de España en categoría infantil, en 100 brazas. A Nanino le recuerdo menos, como espaldista, pero su verdadera vocación estaba en el periodismo. Ahí le identificamos con claridad y le seguimos durante muchos años".

Fernando hizo ruta a través de Diario de Las Palmas donde, de inmediato, tuvo llegada entre la audiencia del centenario rotativo ya desaparecido. Y durante algunos años también fue una de las voces que traía desde la Península y en el Estadio Insular las noticias de las andanzas de la UD Las Palmas en una etapa de gloria deportiva en los años sesenta y setenta. Es el ciclo menos conocido hoy del popular periodista que viajó entre las piscinas, los goles y el programa Tenderete, una herencia suya que es eterna. Sus narraciones deportivas llegaron, incluso, hasta la génesis de Radio Canarias, la emisora de Editorial Prensa Canaria.

"Nosotros ya estábamos instalados en el primer equipo cuando Nanino, al que conocía de su etapa de nadador, empezó a hacer información deportiva", recuerda el Maestro Germán Dévora. "Los jugadores le veíamos como un amigo, un miembro más de la expedición. Hizo muy buena relación con el doctor Emilio Tomé y con la esposa de éste, Phillips, que también realizaba desplazamientos a la Península con la UD Las Palmas. Él siempre tenía una frase canaria al ciento por ciento para todo lo que quería explicar. El equipo sentía admiración por su manera de ser, admitía cualquier broma. Y en las concentraciones en los hoteles entusiasmaba tanto sus exposiciones que Ernesto Aparicio, capitán del equipo y más tarde masajista, le llegó a cantar folías sin necesidad de música. Ese era su mundo como más tarde se pudo comprobar".

José Manuel León también recuerda a Díaz Cutillas como una figura entrañable para el equipo de aquella época. "Nanino era un auténtico bohemio que había calado profundamente entre los jugadores de nuestra plantilla. Le recuerdo llegando al aeropuerto con un escarabajo azul (Volkswagen Beetle) que él aparcaba en cualquier lado. Incluso con las ventanas abiertas. Todo el mundo sabía que era el coche de Nanino y, al volver del viaje, no recordaba en ocasiones dónde lo había dejado".

Como periodista, León le considera un "hombre con mucho tacto. Su crítica deportiva no hería a nadie. Decía las cosas de una manera tal que había que darle la razón, tanto cuando perdíamos como cuando ganábamos. Por eso se ganó el respeto de todos los futbolistas de nuestro equipo".

Fue un hombre singular, entrañable al que la plantilla de la época no le olvida. "En los aviones sabíamos cuándo viajaba Nanino porque sus ronquidos eran más potentes que el propio motor. Siempre le echaríamos de menos", apunta León.

Este 27 de diciembre de 2013 se cumplirá un cuarto de siglo desde su muerte. Pero su huella en el deporte y en el periodismo deportivo no se ha borrado.

 

Nanino Díaz Cutillas, con Antonio Lemus, en la redacción de Diario de Las Palmas en la calle Murga. Los profesionales de leyenda y amigos (Archivo personal de A.L.)

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