La Unión Deportiva Las Palmas a lo largo de la presente temporada ha gozado en algunos partidos de bastantes oportunidades de gol, pero debemos recalcar lo de algunos, pues en la mayoría de los disputados ha destacado por crear más bien pocas ocasiones y así, evidentemente, el sumar puntos se hace muy complicado; de hecho es uno de los equipos menos realizadores de la competición con 25 goles después de 24 jornadas.

Lo visto ante el Éibar (1-0) en la noche de hoy viene a ser, salvo excepciones, el reflejo en amarillo del campeonato y que lo podemos resumir como un interés extraordinario por la posesión del balón, poca pegada y una falta de continuidad alarmante, aderezado, todo ello, por el tenemos que mejorar. Mientras, se queda en el camino la falta de verticalidad y la definición con un precio que no se está valorando en su justa medida, que no es otro que los puntos que se quedan en el camino.

Hasta ahora la nota dominante es la extraña igualdad en la tabla clasificatoria, circunstancia ésta que puede estar disfrazando la realidad de los canarios. En algún momento esta igualdad se va a romper y si no estás posicionado correctamente las aspiraciones se pondrán en entredicho. El Coruña por lo pronto parece poner tierra de por medio y el margen de maniobra que va quedando cada vez es menor.

Volviendo al primer párrafo, el debate entre el aficionado se centra en un dato fundamental: "para marcar goles han de llegar balones a los delanteros". Huelga decirlo, pero es así en la mayor parte de las veces, ya que en fútbol la creación de oportunidades se genera por desmarques, por la irrupción de jugadores de líneas más atrasadas, por presión al rival y sobre todo por una actitud ganadora que debe ir ajena a la especulación por sistema.

No deja de ser complicado, análisis los hay para todos los gustos. Nosotros, como mero espectador que asiste a un acto y con toda la carga subjetiva que conlleva, podemos dar nuestras impresiones o detallar lo acontecido con sentido crítico si fuera menester, pero como es una puesta en escena que se repite una y otra vez lo normal es que se presenten dudas sobre determinados aspectos y uno de ellos bien podría ser el siguiente: ¿El problema son los delanteros o es el sistema?.